viernes, 31 de octubre de 2025

Vosotros me miráis, yo os miro.

Haj regő rejtem
Hová, hová rejtsem...
Hol volt, hol nem: kint-e vagy bent?
Régi rege, haj mit jelent,
Urak, asszonyságok?
Ím szólal az ének.
Ti néztek, én nézlek.
Szemünk pillás függönye fent:
Hol a színpad: kint-e vagy bent,
Urak, asszonyságok?
Keserves és boldog nevezetes dolgok,
az világ kint haddal tele,
de nem abba halunk bele,
urak, asszonyságok.
Nézzük egymást, nézzük, regénket regéljük.
Ki tudhatja, honnan hozzuk?
Hallgatjuk és csodálkozzuk,
Urak, asszonyságok.

Texto del prólogo de El Castillo de Barbazul 


En el ballet pantomima El Mandarín maravilloso y la ópera El castillo de Barbazul, las dos de un acto, las dos de Béla Bartók, aparece al comienzo de cada una un poeta solo en escena. Éste recita unos versos en húngaro a modo de prólogo. El poeta se pregunta dónde está el escenario, si dentro o fuera. Habla del refugio del espectáculo en tiempos de guerra y como estos, en realidad son lo mismo. Todo es espectáculo. Sólo que uno es una ensoñación y el otro el lugar donde vivimos nuestras vidas. ¿Por qué no entonces perderse un poco en una fantasía, bajar los párpados y dejarse ir?




Producen una sensación de desasosiego sus dos obras. Quizás más El Mandarín maravilloso que el Castillo de Barbazul. La primera fue escrita en 1917. Supongo que sólo reflejaba el sentir del compositor justo al final de la primera guerra mundial. Aquella en la que no quedó nada de las ciudades, ni del futuro de su país, Hungría. Más tarde en octubre de 1940, Bartók y su esposa, Ditta Pásztory, dejarán su patria para instalarse en Nueva York. Allí permanecerá hasta su muerte en 1945 sólo cinco años después. Fue la guerra el motivo, por supuesto. Quizás ayudó la impotencia de ver la destrucción de su mundo por segunda vez. O quizás que Hitler intentará instrumentalizar su obra llena de folklore popular, como panfletada nazi. Ya lo hizo con Strauss antes. 




Casi al final de Barbazul compuesta en 1911, Judit ha llegado a la habitación en la que hay un lago blanco y yerto que resulta ser de lágrimas. Primero piensa que pertenecen a su nuevo y rico esposo. Más tarde acaba comprendiendo que son las lágrimas de las tres esposas anteriores de su marido. Pero eso no lo verá hasta el final. Hasta que todo esté perdido. Antes descubre un hermoso jardín en otra estancia cerrada, pero sus narcisos gigantes están mojados de sangre, así como las coronas y joyas de la habitación de los tesoros. Todavía hay misterio, pero no verdad.

Al llegar a la última puerta, descubre a sus tres predecesoras. Las esconde Barbazul en la última de las siete habitaciones cerradas bajo llave. Esas que le enriquecieron a través de generosas dotes a cambio de un sueño que se tornaría en pesadilla. En la última escena, Barbazul explica a su cuarta esposa a la que conoció al anochecer, que la primera llegó a su vida una mañana, la segunda al mediodía y la tercera por la tarde con la llegada del ocaso. Es entonces cuando Judit conoce sus destinos y por ende el suyo: Acabar en esa habitación. El de su marido será estar solo de nuevo y para siempre, en un bucle infinito.




Antonio Gramsci, pensador y político italiano dijo que cuando el viejo mundo se muere y el nuevo tarda en aparecer, en ese claroscuro surgen los monstruos. Bartók murió sabiendo que la segunda guerra mundial había acabado. Sin embargo, sufría por saber que su tierra había sido devastada por segunda vez. Así que en este año, en este momento de la historia que vivimos y en mitad de la ópera, cerré los ojos y apareció. Era la primera frase de la la reescritura de la primera novela que he escrito. Sonreí en la oscuridad y agradecí a Bartók haber compuesto aquello. Como el poeta, pensé: Todo es espectáculo, sólo que uno es una ensoñación y el otro el lugar donde vivimos nuestras vidas. ¿Por qué no entonces perderse un poco en una fantasía, bajar los párpados y dejarse ir?





viernes, 3 de octubre de 2025

Magnolia

Te conozco.

Sé por ejemplo, que entiendes el concepto del amor a través de una canción de Ivan Ferreiro.

También que haces más deporte del que deberías, para dormir bien.

Y aún así, no lo haces.

Me has contado episodios de tu infancia y de tu juventud.

tu abuelo.

Y de tu vida al otro lado del océano.

Sé el gesto que te cruza la cara cuando algo te preocupa.

que eres ante todo, leal

y que mientes poco.

Por lo menos en lo importante.

Te conozco

Pero quiero conocerte más

porque todavía no me canso

de descubrirte.


A estas alturas, debería saber que el amor no es lo mío. Que a mí no me ha tocado en la lotería de la vida. Pero ¿Cómo renunciar a saberse amado? ¿Cómo renunciar a querer?

En la película de Paul Thomas Anderson, Magnolia, Donnie Smith, aquel niño genio que ha quedado en su etapa adulta para vender televisores en una tienda de electrónica de un suburbio de una ciudad cualquiera en Estados Unidos, dice que tiene mucho amor que dar. Que tiene tanto, que no sabe donde ponerlo. Esa vez (la segunda en la película), lo dice con la boca destrozada, llena de sangre. Lo masculla, más que decirlo. Se rompe los dientes por los que se endeudó buscando conseguir el amor que tanto ansiaba.

Pero da igual que Donnie se ponga una dentadura nueva. Cuando el objeto de su deseo, le ve borracho y patético, Donnie ya no sabe que hacer con todo ese amor. Se ve a si mismo como lo que es: un niño roto que nunca será querido. 

Por qué aún así, a pesar de todo, Donnie lo sigue intentando. Como el guerrero que vencido, sigue levantando la espada, porque es eso o la muerte. Es que es el amor o la muerte. No hay más. Es esa pulsión de seguir buscando aún sabiendo que es imposible, lo que nos hace humanos. 

Es esa pulsión por volver a un destello de momento, en el que siendo abrazados por el objeto de nuestro deseo, soñamos con quedarnos a vivir allí. 

Y yo me pregunto si la ilusión del amor, es mejor que no tener amor. ¿Es mejor sentirse amado a medias que no sentirse amado?



sábado, 13 de septiembre de 2025

Septiembre.. diciembre.

Ando haciendo arqueología de mi juventud.

En mis diarios, escritos todos en papel antes de 2007 y a partir de ahí, aquí. En esta bitácora que es este lugar que flota en el tiempo y en el espacio y que nadie lee. A veces pienso que esta es mi propia manera de lanzar un mensaje al mar en una botella. 



Algo que me ha sorprendido de mis diarios ha sido leer sobre escribir. Y aquí la memoria juega un papel decisivo y es el de haberme hecho olvidar que yo siempre quise hacerlo.

Tenía la idea formada de que en mi juventud siempre quise ser pintora y cuando voy sobre lo escrito, lo que me encuentro es algo totalmente diferente: Dibujo. Dibujo mucho, pero dibujo para ilustrar mis palabras, creando florituras que favorecen el mensaje escrito. 




Estoy empapándome del Madrid de 2004 y 2025 mientras vuelvo a a rutina. El Madrid de los atentados de Atocha, el futuro brillante de un país en crecimiento, el incendio del Windsor, los intelectuales siendo todavía misteriosos, sin redes sociales. 

Ese es el Madrid del que yo quiero hablar. De aquel que recorría con aquellas babuchas que no me quité en meses. El del Paseo del Prado y su pequeño estanque rectangular, con aquel árbol deformado que ya no está y donde dije una vez que me casaría. 




Después de Italia comienzo el curso. Para mi el año siempre comienza en septiembre. 

Y sueño con viajar a Socotra y con alargar algo este otoño cálido. 

Y seguir impasible en mis labores mundanas y continuar construyendo este mundo; Los santos de la belleza; que estoy segura que me va a traer momentos únicos. 

Porque cuando más disfruto no es cuando soy reconocida, sino cuando me meto en la vorágine de las teclas y una detrás de otra van formando la historia que quiero contar. 


Ahora en septiembre, empieza la rutina y los paseos y las tardes de chaqueta y las hojas que caen. Como el ánimo, que se vuelve más contenido y se echa a dormir hasta que la primavera le despierte. 

Pero yo tengo un secreto. Me he convertido en una chica de veintiún años en un Madrid que todavía no entiende y del que quiere escapar. Estoy viviendo otras vidas y me alegra, tener tantas. 

Así que septiembre, dará paso a diciembre sin que hayamos pestañeado y yo seguiré viviendo allí, en 2004, consiguiendo arrebatarle tiempo al tiempo.




jueves, 28 de agosto de 2025

El purgatorio de Asís.


Llevo ya un par de días

Despidiéndome de Asís. 

Es un luto previo,

a mis días de soledad,

a los paseos de música,

y a los descubrimientos fortuitos.

Me despedí ayer de las bóvedas,

salpicadas de estrellas doradas,

de la Basílica del santo.

De sus frescos llenos de vírgenes y dorados,

De sus marcas de lápiz,

que me sorprenden, 

desde el futuro.

Dicen que la basílica inferior,

representa el purgatorio,

Yo me quedaría a vivir allí,

bajo sus bóvedas azules intensas,

y sus estrellas,

y su silencio.



Para mi han sido días de recogimiento, d
e solitud y creación. Me estoy preparando para la batalla que lidiaré con mi vida a la vuelta.

El desencanto con la cultura, la alienación elegida y al mismo tiempo rechazada. Quizás por eso ya me despido. Porque después de tantos años, ya sé como lidiar con lo que se va.

Se fue tanto de mi vida y al mismo tiempo, tanto nuevo llegó. Las tardes seguirán cayendo y la luz seguirá bañándome, sea en Asís o en Madrid, porque al final lo importante, es el mundo que yo poseo. 

Y en el recuerdo quedarán, como cuando paseaba las calles del Valais de Suiza, o los caminos de tierra del Serengeti, impresas las sensaciones. Solo las sensaciones, porque las imágenes las borra el tiempo y la memoria y solo quedan olores, sonidos, que cada vez que ocurren, abren un hueco en el espacio tiempo y me vuelven a llevar allí. 






domingo, 24 de agosto de 2025

Napoli vedi e muori

 

"Certo che è enorme la vita. ti ci perdi dappertutto"

"Claro. La vida es enorme. Te pierdes en todas partes"

Louis-Ferdinand Céline




Dijo Goethe: Vedi Napoli, poi muori (Ver Nápoles y morir) 

La sirena Parthenope no pudo hechizar a Ulises con su canto. Se arrojó al mar a morir y la marea arrastró su cuerpo sin vida hasta la orilla. Allí donde se fundó la ciudad más antigua de Italia: Partenope o lo que es lo mismo, Nápoles. 

Nápoles es Partenope y Partenope es Nápoles.

Nápoles es como el cine de Sorrentino. Excesivamente bella, nostálgica, triste, desilusionada y la vez, llena de vida, de contradicciones, de paganismo y cultos mezclados. Peligrosa y difícil. 

De bella, inalcanzable. Inabarcable.


La ciudad cristiana y católica se construye a través de las ruinas griegas y romanas muy cerca de las faldas del Monte Vesubio y el volcán que sumió en la eternidad a las ciudades de Pompeya y Herculano. 

La herencia borbónica la hace enorme y ancha a través de su Palacio Real y su ópera y crea barrios como el Quartieri Spagnoli, un laberinto de callejones estrechos lleno de balcones con ropa tendida. Un muro que hace honor al gran santo de la ciudad, Maradona. 

El olor a pasta, limones frescos y hornos llenos de pizzas, se mezclan con los belenes napolitanos de la parte antigua de la ciudad, en los que de repente doblas una esquina y te encuentras con el Duomo y sus paredes recubiertas de una intervención de JR o con las siete obras de la misericordia de Caravaggio en Pio Monte della Misericordia. Por supuesto Michelangelo tuvo que huir una vez más. Como ya hizo en Roma, después de una trifulca en la que mató en duelo a Ranuccio Tomassoni.


*Ciro Pipoli.

Y esa luz que se refleja en el mar que no es de plata sino de oro con piedras de colores incrustadas, como el tesoro de San Genaro con el que Parthenope se viste para el Cardenal Tesorone.

Nápoles es Valentina vistiendo una camisa de su padre, bajando las escaleras que dan a una roca de toba volcánica napolitana de color ocre, porosa como la ciudad y mil veces excavada. 

Es la brisa de la noche en el puerto viejo, en el que se acumulan millones de pasos dados por viajeros antes que yo. Los descubridores de Pompeya, arqueólogos humanistas del siglo que aún pertenecía al hombre, antes de las grandes guerras que terminaron de matar a dios.

Yo ahora solo tengo una religión y es la cultura y la sapiencia de que lo efímero y por lo tanto, la belleza que reside en ella, es parte de su definición.

Muchos otros han andado sus calles y muchos otros vendrán después de mi. 

Tengo la impresión, de que yo ya sé lo que es la antropología. O por lo menos, mi visión de la misma. Yo he visto Nápoles y por lo tanto, ya puedo morir.




jueves, 21 de agosto de 2025

sub specie aeternitatis


21 de agosto de 2025

Francisco de Asís. Perugia. Italia



La única manera que conozco de vivir, es la de buscar la belleza en lo que me rodea. Como si pudiera salvarlo todo.

Quizá por eso vine a Italia, a buscar belleza, a empaparme de ella. En el momento en el que más la he necesitado. 

Y experimento el placer de entrar en la Basílica y sorprenderme un día más con sus frescos. No son los de Giotto los que más me impresionan. Son los azules salpicados de estrellas de doradas de las bóvedas. Las pequeñas pinturas en los muros que me muestran la cantidad de santos que vivieron mucho antes que yo. Es quizá la sensación de sentir que pertenezco a una historia más grande que la mía lo que me emociona.

Rozo la pared y me regodeo en el tacto. Sonrío a los monjes franciscanos que vienen de todas partes del mundo a vivir aquí, a Asís. 



Y aprovecho para pisarlo todo con mis zapatos dorados, como una suerte de Dorothy que ya no está en Kansas. Hago fotos mentales que olvidaré. Confío que la sensación no se me olvide.

De la caótica, decadente y vibrante Nápoles, donde he seguido los pasos de Sorrentino, llego a este lugar suspendido en el tiempo y me doy cuenta, de lo solas que están las personas. 

Pienso en mi suerte. Yo me siento en solitud. Me encuentro con gente que está loca por hablar, que atropellan las palabras porque hace mucho que nadie los escucha. Tantas vivencias, tantas emociones y tantos recuerdos se agolpan en sus bocas. Y yo les escucho y sonrío. Es lo único que puedo hacer: escuchar. Sonreír.

Con diecisiete o dieciocho años me sentaba horas con personas mayores. Los escuchaba porque sabía que querían ser escuchados y al mismo tiempo, para mi, era como asistir a historia viva. Esas personas habían vivido la guerra civil. Esas personas habían conocido una España bajo la dictadura de Franco en la que yo no nací. A mi la democracia me vino dada. Regalada de manera fortuita.

Pienso en cuanta gente tiene historias que contar o pensamientos que compartir y me gustaría poder escucharlos a todos.

Pienso que todas esas personas mayores, a las que yo ahora veo candorosas y que despiertan mi empatía y compasión, fueron hombres y mujeres jóvenes. Algunos buenos, otros no. Me interesa como cuenta cada uno su propio relato transformado por la memoria.


Pienso entonces en Franco. Le conocí esta tarde. Lleva seis meses viviendo en Asís. Voló desde Australia, su país de nacimiento para vivir su jubilación fuera de un país que no entiende. 

Franco fue profesor de inglés toda su vida. Durante siete años enseñó inglés a los aborígenes australianos. "Nosotros somos los invitados en sus tierras y sin embargo, hasta finales de los setenta, los australianos se referían a ellos como "monos". Me cuenta que fue él el único que estuvo al lado de su madre Pierina en su lecho de muerte. "Mis hermanos querían dinero. Yo no". Me contó que en uno de sus viajes a Australia llevó a su vecina Jessica: rosarios, estampitas, medallas de San Francisco de Asís, pero que cuando él enfermó una semana y estuvo encerrado en su apartamento al borde de la muerte, ella no pasó ni siquiera a preguntar como estaba. Me contó que tenía dieciocho pinturas aborígenes que podrían haberle hecho rico. Pero Franco no quería ser rico. Así que las donó a para que volvieran a sus dueños para que éstos pudieran conocer su historia.

Entonces fui yo la que se preguntó como Franco, siendo tan bueno podía estar tan solo. Franco sólo quiere ser visto. Si fue mejor o peor en su vida, ya a nadie le importa. Quizás por eso Franco es tan católico. No hay nadie que te vea mejor que Dios, cuando crees en él. 

Me preguntó si yo creía. Le dije que la cultura es mi religión. La cultura y la belleza. 

La ética y la estética. 


Para mí, no hay nada más, como si pudiera salvarlo todo.





lunes, 18 de agosto de 2025

Tienes los ojos cerrados.

"Tienes los ojos cerrados", me dice la actriz, pero la pasión por la libertad sigue encendida, porque la vida que se pierde en todos sitios es enorme.




Parthenope es Nápoles y Nápoles es Parthenope. Lo dice ella:

"¿En qué estás pensando?

Abandonados en un verano perfecto, fuimos guapísimos e infelices. Quizás fue maravilloso ser jóvenes. No duró mucho

Estuve triste y fui frívola. Decidida y apática. Como Nápoles, donde hay sitio para todo.

Viva y sola ¿En qué estaba pensando? En el amor, para tratar de sobrevivir...El amor para tratar de sobrevivir, fue un error. 

O quizás no"



Parthe es una mujer misteriosa. Qué ve. Qué quizás no supo hacer las preguntas adecuadas. Es infinitamente bella y enigmática, como la ciudad que le dio nombre.

Nació en el mar, como la sirena que, desesperada por no haber podido enamorar a Ulises con su canto, se dejó morir en el mar. Su cuerpo, fue arrastrado hasta el lugar exacto donde se fundó la ciudad más antigua de Italia. Porque "Al final de la vida, sólo quedará la ironía" dice el Cardenal Tesorone.

Parthe rechaza a hombres guapos y se deja seducir por hombres feos, pero a todos los seduce. Elige con quien quiere estar y huye de la maternidad que tanto la persigue. 


La conversación que tiene con Marotta, es el resumen de las imágenes que se ven hasta llegar al momento de clarividencia:

 Profesor, ¿Qué es la antropología?

 La antropología es ver.

 ¿Y eso es todo? ¿Así de simple? Creo que lo llevo haciendo toda la vida.

 Es muy difícil ver, porque es lo último que se aprende.

— ¿Cuándo se aprende a ver?

— Cuando te empieza a faltar todo lo demás.

— ¿Qué es todo lo demás?

— El amor, la juventud, el deseo, la emoción, el placer y la remota posibilidad de reír una vez más porque un hombre se tropieza y cae en una calle del centro


Parthe ve y se deja ver, pero nunca poseer. Ella se posee a si misma. está invadida por la nostalgia, está rota de dolor y al mismo tiempo, siente la pulsión de vivirlo todo. Ser muchas Parthenopes.

La juventud, los sueños, los veranos, quedan atrás y lejos, cuando vuelve a Nápoles al jubilarse como Catedrática en Trento. Ahora Parthe ve. Lo ve todo y lo recuerda todo.

lunes, 11 de agosto de 2025

Los cepillos y los fósforos.

Cada vez que te ibas

miraba si los cepillos que trajiste la primera noche, seguían en su sitio,

en mi casa.

No porque pensara que te los ibas a llevar,

sino porque quería cerciorarme de tu vuelta. 


Pero no eran los cepillos

lo importante. 

Eran los silencios

era ese no decir

en el que tendría que haberme fijado



Cada vez que te ibas,

no sabía cuando volvería a verte

fue tal mi empeño

de quererte como a los gatos,

el que me hizo darme cuenta

que me querías a destiempos


Como los gatos,

agudice mis instintos

y quise saber que hacías 

cada vez que te ibas

Y como Platón, me aventuré

lejos de la caverna


Encontré lo que no quería encontrar.

que me amabas a destiempos

como a las sobras

Te deje la puerta abierta

y no volviste a la mía, sino a otras


Cuando te fuiste del todo

miraba si los cepillos que trajiste la primera noche, seguían en su sitio,

en mi casa.

No porque pensara que volverías a por ellos

sino porque quería cerciorarme de que esto, fue real.




Tenemos muchísimos fósforos en casa.
Siempre  los  tenemos  a  mano.
En  este  momento  nuestra marca  favorita  es  Ohio  Blue  Tip,
aunque  antes  preferíamos  las  Diamond.
Eso  fue  antes  de  descubrir  los  Ohio  Blue  Tip.
Tienen  paquetes  perfectos,
cajas  duras  en  azul  claro  y  oscuro  y  etiquetas  blancas
con  palabras  grabadas  con  forma  de  megáfono,
como  para  decirle  más  alto  al  mundo
"Acá  está  el  fósforo  más  hermoso  del  mundo,
sus  cuatro  centímetros  de  pino  suave  coronados
por  una  cabeza  rojo  oscuro,  tan  sobria  y  furiosa
y  decidida  siempre  a  estallar,
y  encender,  quizás,  el  cigarrillo  de  la  mujer  que  amás,
por  primera  vez,  y  ya  nada  nunca
vuelve  a  ser  igual.  Todo  eso  te  vamos  a  dar".
Eso  es  lo  que  me  diste,  yo
soy  el  cigarrillo  y  vos  el  fósforo  o  yo
el  fósforo  y  vos  el  cigarrillo,  quemándonos
con  besos  que  arden  hacia  el  cielo.

Ron Padgett  (Tulsa, Estados Unidos, 1942)

Perseidas


¿Me contradigo?
Muy bien, me contradigo.
(Soy amplio, contengo multitudes).
Walt Whitman. Canto 51 de Canto a mí mismo.


Está siendo un verano de amores, libros y gatos. 

Un verano de barbacoas en la piscina a los pies de la acacia de Constantinopla que nos ha dado la libertad de quitarnos el reloj, al reemplazar ésta a la medida del tiempo.

Cuando llegamos a la casa, sus flores estaban en su máxima expresión. Las hojas verdes, refulgían. Era finales de junio. El verano despuntaba y todo estaba por ocurrir.

Ahora, a 10 de agosto, veo como las hojas han perdido su brillo, muchas de las flores, están en el suelo, marchitas como pequeños rollos de algodón sin tratar y al pisar su sombra, el pie se queda pegado a la baldosa de barro. En junio, esas flores eran filamentos de color rosa que brillaban a la luz del sol.

Esta casa contiene el universo de nuestro mejor verano, de la misma manera que yo misma contengo universos. Esta casa se quedará en el recuerdo de los momentos felices.

En otro universo, este verano hubiese sido distinto. en otro universo estoy casada y tengo hijos. En otro universo no vivo en España, sino en Tanzania. En otro universo no existo ya. 

Esta casa estuvo y se quedará vacía. Nosotros sólo somos una partícula de su historia. ¿Y yo? Yo soy sólo una persona más de los cerca de cuarenta y siete millones que habitan en este país. 

Siento que vivo a pesar de las circunstancias: un genocidio en Gaza, una guerra activa en Europa, las diferentes crisis del gobierno español y los precios, que cada día son más altos y vez dan para menos.

Y al mismo tiempo, si yo colapsase, colapsaría el universo entero. Todo mi imaginario entraría en estado de apocalipsis y una vida, la mía, se acabaría con todo lo que contiene. 

La vida de Chuck (2024) de Mike Flanagan, es una película que se estrenará en España el 12 de septiembre. Mike Flanagan adaptó el relato de 2020 de Stephen King titulado, The Life of Chuck, en la recopilación de relatos breves: If it bleeds. Mike, que ya tiene experiencia con el terror, decide convertirlo en un guion de cine. Ahí es cuando acierta y hace que una buena obra se convierta en una obra maestra: Introduce en el guion el poema Canto a mí mismo de Walt Withman, que atraviesa, vertebra y une toda la película.

Y sin embargo, si yo desapareciese de la faz de la tierra, las plantas seguirían creciendo, los precios subiendo, quizás se firme una paz o se pare el genocidio. 

Pero todo lo demás desaparecería. Todas aquellas ideas para relatos cortos, el esquema de mi segunda novela. Todas las otras vidas, versiones de mí en universos paralelos que se expanden hasta el infinito. Ver todas las versiones de ti misma. Todos los pudo ser y no fue. Satisfacer esa curiosidad intrínseca.

Los amores de verano, desaparecerían. El cepillo de dientes y el peine, permanecerían debajo de mi lavabo. ¡Podría ver tantos caminos!



lunes, 9 de junio de 2025

Molicie y los junios perpetuos



Y llegó el día de la molicie

En el que el reloj dejó de funcionar, trajiste un cepillo lleno de intenciones y tu lengua encontró todos mis espacios

En el que nos dedicamos a conversar sin interrupciones y a estudiar nuestros cuerpos como alumnos aventajados.

Encontraste en mí el recipiente perfecto donde volcar tus cuidados

Te dejaste hacer sin pedir nada a cambio

Te dejaste recorrer todos los centímetros habitables de la piel

Fuimos uno durante dos días de principio de verano

En el que la brisa suave y fresca de junio inundó todas las estancias de mi casa y la música sonó, se filtró la algarabía de las gentes como la luz a través de las cortinas, y se mezcló con nuestros suspiros de placer.

Estuvimos suspendidos en el tiempo subjetivo y creamos nuestro propio paraíso.

Te fuiste en el momento exacto en el que la casa empezó a reconocer tu olor y yo me quedé en mi solitud, relamiéndome como un gato.

La piel todavía erizada.

Sensaciones que se van haciendo recuerdos.

Volverás y volverán esos días de molicie. Volverás a por tu cepillo y volveremos a besarnos con los labios húmedos y calientes. 




domingo, 1 de junio de 2025

Macondinos

"Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado"

Miguel de Unamuno





Durante un fin de semana, treinta personas de diferentes países, culturas y ámbitos profesionales -como la tecnología, el derecho, la empresa y el arte- se reunieron en un recóndito lugar del noroeste de España a debatir. El tema no podía ser más ambicioso: la tecnología y el futuro de la humanidad. 

De aquellas sesiones y conversaciones, nació un manifiesto de una de las participantes que procedo a reproducir.

Manifiesto: El optimismo no es una opción.
1 de junio de 2025

Nota: Las ideas expuestas a continuación, son fruto de lecturas, conversaciones, visionados y pensamientos. La cooperación y la interacción, es al fin y al cabo, lo que nos hace humanos.

Contexto y propuesta: 
En un marco geopolítico de incertidumbre, un desarrollo de la tecnología que cada vez cobra más peso en las decisiones políticas y que crece de manera exponencial, desigualdades crecientes en el reparto de la riqueza mundial y un sistema capitalista que parece agotado y que pronto llegará a su fin con la limitación de los recursos de la tierra, hace falta repensar. 

Afortunadamente muchos de nosotros, no tenemos que preocuparnos en buscar una cueva para resguardarnos y hacer fuego. Tenemos el privilegio de pulsar una tecla y obtener calor. Hemos llegado a desarrollar el mayor estado de bienestar de la historia de la humanidad. Así que, en lugar de practicar el aquí y ahora y convertirnos, así en el país de la Cucaña, miremos más allá. Pensemos en los que están por venir.

Vivimos en el futuro. Muchos de los deseos de aquellos que vivieron alienados en épocas de cambios, como la industrialización, se han cumplido. Entender el concepto de ser humano, como parte de una historia que nos trasciende es fundamental.  

Tenemos la oportunidad y el privilegio de convertirnos en lo que queramos ser, porque tenemos las herramientas de desarrollo, tecnología y pensamiento.

En la novela de García Márquez, Cien años de soledad, Los nuevos habitantes de un pueblo nuevo, Macondo, tienen que inventarse palabras para describir nuevos objetos y crean nuevos usos para otras. 

El significado de las palabras es esencial. El lenguaje nos construye y nos transforma. El lenguaje crea mundos y es capaz de destruirlos. Así que ¿Por qué no resignificar las palabras para que estas expresen lo que queremos llegar a ser?

No existe un mundo perfecto porque no somos perfectos y no tengo una solución mágica que nos vaya a salvar. Pero si tengo ciertas certezas y algunas ideas. Estas son:

De la naturaleza humana del ser humano:
Los humanos somos seres complejos y espirituales, queremos trascender y eso es lo que nos hace tener esperanza. Estoy de acuerdo que el proverbio que habla de plantar un árbol sabiendo que la sombra que ofrezca será para las futuras generaciones y no para nosotros, es entender el significado de la vida. Así que quizás, no seremos los que sobrevivamos cuando paremos la máquina, pero otros si lo harán y eso es lo que importa.

Los humanos somos seres sociales. No podemos sobrevivir solos. Hasta Thoreau, cuando se aisló en una cabaña de la civilización para escribir su Walden, recibía visitas de su madre con comida y ropa limpia. El único futuro posible, es a través de la colaboración y no de la competencia. 

El comienzo de la civilización, no se fecha en la primera vez que el hombre descubrió el fuego o plantó el primer grano de trigo. La antropóloga estadounidense Margaret Mead, fecha el comienzo de la civilización con el descubrimiento de un esqueleto que tiene un fémur roto y signos de curación. En ese momento, se demuestra que un humano no dejó atrás a otro sino que paró a curarle, cuidarle y alimentarle, hasta que pudiera valerse por sí mismo. El único futuro posible es el de una sociedad que cuida.

Repensemos el significado de la palabra colaboración y cooperación, como uno que hable de una sociedad justa e igualitaria. Démosle un carácter peyorativo a las palabras organigrama, jerarquía e desigualdad.

Sobre el valor de cambiar valores.
Podemos y debemos, permitirnos cambiar de opinión y de valores. 

Planteémonos el significado de la palabra "Progreso" y preguntarnos si el crecimiento es la solución. Existen diferentes formas de entender la palabra "crecimiento" y no todas tienen que ser desde el crecimiento económico, poblacional o tecnológico.  

Podemos y debemos, reducir el ego. Dejar paso a nuevas generaciones. La esperanza de vida ha aumentado drásticamente y una persona de setenta años, puede seguir aportando con toda la experiencia acumulada. En un mundo mejor, me imagino a personas que al cumplir años, trabajan menos de manera gradual. Me imagino a esas personas, formando a los más jóvenes que están por empezar en el mundo profesional. Me imagino a esas personas, compartiendo generosamente su sabiduría y no agarrándose al poder. El poder corrompe cuando se ostenta demasiado tiempo. La rotación es necesaria para la integridad.

Redefinamos la palabra "Éxito" para que no signifique más, riqueza y  fama, sino que vuelva a ser sinónimo de prestigio y sabiduría. 

Aspiremos a ser responsables con nuestro tiempo y el futuro. Asumamos con humildad nuestro papel en la historia de la humanidad y aprendamos y entendamos la diferencia de significado entre placer y felicidad: El placer es transitorio y por lo tanto efímero. La felicidad debe ser una aspiración a largo plazo y un estado a construir de equilibrio entre los buenos momentos y los malos. 

Oriente: Fluyamos como los ríos.
Nuestro futuro pasará por nuestra relación con la naturaleza. La expresión "Tener los pies en la tierra" no es baladí y en mi opinión, cobra más importancia que nunca. Debemos construir una relación cercana con el medio que habitamos e integrarnos en él. Somos sólo una parte más de un ecosistema rico. No lo empobrezcamos, no lo minemos. Cuidémoslo como se cultiva un jardín.

Pensemos en un concepto del tiempo circular, cambiemos nuestras aspiraciones verticales a otras horizontales, en el que formemos no sólo parte de un planeta, sino de un universo entero.

Conectemos con la muerte. En una sociedad en la que no se olvida a los muertos, se pierde el poder de la trascendencia. Vivimos porque sabemos que vamos a morir. La muerte nos impulsa a vivir. Creamos que somos parte de un todo.

Imitemos a los organismos vivos desde la más pequeña escala a la más grande. Adaptémonos al entorno para no quedarnos obsoletos y démosle la vuelta al concepto de entropía. Que este sea de regeneración y no de caos. Anclémonos a los que vinieron antes y a los que llegarán después.


Sobre la importancia de la educación, la investigación y el pensamiento crítico.
El futuro dependerá de la educación. Todos aquellos que forman a las siguientes generaciones tienen una gran responsabilidad por delante. 

¿Por qué los profesores, médicos e investigadores son los profesionales peor pagados? En un sistema más justo con el largo plazo, estos serían reconocidos y recompensados. Es necesario entender el poder de la educación como base de la civilización. Es necesario entender el poder de la investigación como semilla de un futuro mejor.

Es necesario entender el poder de la investigación para la mejora de las condiciones de vida. Los médicos, investigadores, científicos y pensadores son imprescindibles para un futuro mejor. Ofrezcámosle un valor que no dependa de resultados económicos, sino del bien común.

Sembremos el pensamiento crítico. La práctica de debatir, de  cuestiona a los otros y, sobre todo, a uno mismo. Respetemos a los educadores como lo que son. Sabios que tienen el peso del futuro en sus manos.

Volvamos a darle significado a la palabra Academia y Ágora y formemos a los mejores profesores en las mejores condiciones para tener las mejores generaciones posibles.


Sobre la necesidad de creación y cultura.
La cultura define la identidad de un grupo de seres vivos. Son sus costumbres, su manera de sociabilizar y crean el sentido de comunidad. La cultura es evolución.

Las expresiones artísticas son necesarias en la innovación. El arte, existe para plantear preguntas, no para responderlas. La creatividad es fuente de soluciones. Las distopías y las utopías son necesarias para plantear posibles futuros. la ficción ayuda a reconectar con la realidad desde otro punto de vista y eso puede ayudarnos a solucionar problemas de maneras nunca imaginadas.

Necesitamos personas que ofrezcan su particular visión del mundo. Necesitamos personas que nos conecten con nosotros. "El arte es garantía de cordura" ya lo decía Louise Bourgeois. Pero el arte además, es consuelo y alimento.

Démosle espacio a cada persona para cultivar su cuerpo y su mente. Ofrezcamos herramientas de creación que desarrollen el pensamiento crítico a través de ideas. 

Resignifiquemos el arte y la cultura, como la fuerza capaz de crear un nuevo mundo, en el que quepamos todos.

Uno a uno, formamos parte de un todo.
Aprendamos a poner nuestras propios limites. Redefinamos lo que aceptamos como individuos y lo que aceptamos como sociedad. 

Demos la oportunidad a todas las personas a que lleguen a conocerse en este viaje que es la vida. Démosles herramientas para que puedan construir su mejor versión y aprender a sobrellevar los golpes, que con certeza van a recibir. Démosles herramientas para que puedan identificar el momento exacto en el que empiezan a traspasar la libertad del otro. 

La educación emocional es imprescindible para la armonía. Aprendamos a vivir con nosotros, para poder vivir con los demás. 

Tejamos de nuevo las relaciones entre personas y comunidades. Recuperemos el prefijo Poli- y entendamos su significado real que habla de pluralidad. 

Seamos amables en el sentido de todo su significado. Seamos pues, dignos de amar y ser amados.

Sobre el desarrollo de la tecnología y la ciencia.
Si hemos conseguido llegar a un nivel de desarrollo tecnológico en el que se abren nuevos desafíos sobre el uso de la información, la biología, la ciencia, la economía y la vigilancia en un mundo globalizado, definamos las fronteras. 

Unámonos para pedir que todas las naciones actúen a través de órganos reguladores que establezcan las prioridades en el tiempo. Empezando por la ética en el desarrollo científico, consensuando una política de no competitividad en la que no haya manera de enriquecerse con dinero y sí con nuevos carreteras que nos lleven a otros mundos posibles. 

Recordemos que la ciencia y la tecnología nos proporciona herramientas. Somos nosotros los que elegimos para que utilizarlas. ¿Por qué no hacerlo para crear el mundo que nos gustaría dejar?. 

Utilicemos la ciencia para curar a todos y no unos pocos. Utilicemos la tecnología para tener más tiempo para imaginar otros mundos posibles que legar. 

Cambiemos el concepto de ingenuidad de uno peyorativo a uno del que enorgullecerse. Dejemos de ser prácticos para ser soñadores, dejemos de vivir en el presente para pensar en el futuro. Recuperemos renovado el espíritu del explorador que entusiasmado llegaba a los bordes del mundo, donde había dragones. Que esta forma de vivir, nos de esperanza en vez de miedo. 

Sobre la responsabilidad de los medios.
Creemos un mundo en el que la información no esté ideologizada ni dependa de intereses. Invirtamos en crear medios independientes, críticos, que devuelvan a la palabra "periodismo" su significado original: el de informar de manera objetiva, para que cada ciudadano que ha recibido una educación de calidad y ha desarrollado un pensamiento crítico, pueda obtener suficiente información para generar su propia opinión. 

Planteemos debates respetuosos, abiertos y creativos. Centrémonos en la veracidad y los datos empíricos.

Dejemos de hablar en corrillos e informarnos de forma sesgada y presentemos propuestas que nos impliquen en la toma de decisiones. Elijamos ser parte de la respuesta y por ello, agentes de la solución. 


Sobre la política, el progreso y el sentido de lo común.
Si hemos conseguido desarrollar la tecnología y la inteligencia artificial para reducir nuestra carga de trabajo, por qué no utilizarla para establecer una semana laboral que haga que los ciudadanos puedan ser ciudadanos y se impliquen con la comunidad.

Reconvirtamos la regla de Robert Owen que proponía ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo y ocho horas de descanso. Creemos la regla semanal de tres días de trabajo, dos de recreo y dos de descanso.

Los integrantes de una sociedad educada y justa no se sentirían obligados a participar en la vida comunitaria. Los integrantes de una sociedad más justa entenderían la responsabilidad y el privilegio que supone aportar para el bien común. 

En vez de utilizar la tecnología para reducir plantillas o cargar con más peso a los empleados para seguir creciendo de manera no sostenible, hagamos que la política vuelva a ser del pueblo y separemos política de ideología. 

Cambiemos la palabra crecimiento por una que inventemos -como los Macondinos- que hable de un desarrollo social a largo plazo. Cambiemos la palabra "Producto" por "Persona". Resignifiquemos la palabra "datos" para entender que todos esos datos, son personas humanas. 


Sobre la importancia de lo público:
El bien común pasa por no dejar a nadie atrás. Cooperamos y colaboramos como parte de un todo, una sociedad que da, pero que también pide. El equilibrio y la adaptación continua es necesaria para que lo público se mantenga en el tiempo.

Las instituciones tienen una responsabilidad enorme. Gestionan un presupuesto que pertenece a todos los contribuyentes. 

En un mundo que ofrece cada vez más posibilidades, podemos utilizar estas para ofrecer una sanidad, una educación y una cultura que cree espacios de escucha. Qué la tecnología se utilice para reducir la burocracia del médico y no reducir el tiempo con cada paciente. Que los centros universitarios tengan tiempo de repensarse. Que los centros culturales sean de verdad, el lugar de todos y no sólo digan que son el lugar de todos.

Hagamos que las palabras "beneficio" y "margen" creen rechazo en ámbitos públicos. Dejemos de especular con el bien más preciado que tenemos. Eliminemos el corto plazo. De esta manera las generaciones tendrán tiempo suficiente para formarse, cuidarse y desarrollar la creatividad . Los educadores, los médicos y los gestores culturales una vida en la que puedan participar en actividades periódicas. El largo plazo conseguirá que éstos últimos, puedan adaptarse a la realidad de manera continua. Foros de pensamiento, congresos y comunicación entre profesionales del sector llegarán a conclusiones porque no estarán preocupados en conseguir más alumnos por aula, en acortar las visitas a los pacientes o en venderse al mejor postor.

Cambiemos el concepto de gasto público, por el de inversión pública. Démosle el significado real al impacto social y tejamos comunidades a través de las instituciones. Qué estas sean refugio y guía.

Unos últimos pensamientos:
En la cueva de Lascaux, hay centenares de manos. Huellas del germen de lo que somos. Huellas de aquellos que soñaron con un mundo como este. No perfecto, pero definitivamente mejor. Me imagino esas manos como estrellas y creo en el potencial de la humanidad como una que puede llegar a redefinirse. Esas huellas conectan con todas las de las personas que han vivido y vivirán. Conectan con las nuestras. Nosotros decidimos como queremos que sean.

Entiendo que quien me lea me llame ingenua, con todo el significado que connota la ingenuidad a día de hoy. Siento que me uno a cientos, miles, millones de personas que en algún momento pensaron que no estaban de acuerdo con realidades que resultaban opresoras. 

Me gusta pensar que dentro de mil años, nuestro tiempo se estudie como uno irresponsable, incívico y desigual. Me gusta pensar, que llegaré a ver el principio de uno más justo, equilibrado y en conexión con nosotros mismos, los otros y nuestro entorno. Con palabras resignificadas y nuevas que hagan que las futuras generaciones consigan vivir en un mundo mejor. Dejemos un legado del que nos sintamos orgullosos. Vivamos de tal manera -citando a Javier Gomá- que nuestra muerte sea una escandalosa injusticia.

Me gusta pensar, que en el futuro, seamos todos Macondinos. Adaptándonos para poder cambiar el destino de soledad de sus habitantes y darle uno nuevo, más real, a la palabra Utopía.

El optimismo en el futuro, no es una elección, es la única posibilidad de supervivencia. 


El encuentro acabó, pero las ideas nacieron. Esas treinta personas entendieron que no tenían la solución. Hubo momentos de ilusión y otros de frustración. Hubo momentos de confidencias y risas. Volvieron a sus países, a sus ciudades o pueblos y a sus casas. Quiero pensar que cada uno de ellos, desde su parcela, se ha propuesto convertirse en parte de la respuesta, sea lo que sea, lo que para cada uno signifique esta. 




martes, 27 de mayo de 2025

De la primavera, el tiempo, los ríos y las cerillas.

Los ríos de Oriente son serpenteantes, lentos y por lo tanto fértiles. 

Los ríos de Occidente son abundantes, cambiantes, tórridos y violentos. 

La concepción de la vida, y por lo tanto del tiempo, que es ingrediente esencial para que ésta se dé, es opuesta en ambas culturas. Los orientales conciben el tiempo como un ciclo, como una integración a la naturaleza. Los occidentales, como una línea, con un comienzo y un fin. Son el Ulises de Homero, Jesucristo en la Biblia o el Camino del Héroe, de Campbell. Toda la cultura occidental se resume en ello. Toda la cultura occidental parte de la forma y el caudal de los ríos.


Me imagino que un hombre y una mujer se encuentran. Pero él o ella es circular mientras que ella o él es lineal. Ese hombre es todos los hombres de la tierra. Esa mujer, todas las mujeres de la tierra. ¿Cómo encontrarse entonces?

Hablaba con unas amigas. Me decían que nadie está a la altura de ese hombre que últimamente me alegra los días sorprendiéndome. Me lleva a lugares con una agenda planeada que sólo él conoce. Me da la mano por la calle, le cuesta no besarme y me mira de verdad. 

Pero tiene truco. Él no quiere compromiso, no quiere ir más allá de un romance de primavera y eso es lo que yo he aceptado. Pero si estuviese buscando en él a un compañero de vida, probablemente, esto ya se habría acabado. 

Porque cuando uno hace un sprint, le pone toda la energía en un periodo de tiempo corto. Por eso brilla, de ahí la intensidad. Pero para un maratón, se necesita resistencia, paciencia, determinación. Si algo aprendí de la película, El Placer (1952) de Max Ophüls, es que la felicidad no es alegre. 

Alegre es la primavera y sus tardes que se alargan, con el sol que se filtra a través de los árboles y la brisa fresca que se levanta y estremece.

Cuando viví en un verano eterno, entendí que para apreciarlo, necesitaba el invierno. El mal y el bien, la luz y la oscuridad, el ying y el yang.


Y de ahí a la construcción de utopías. Ursula K.Le Guin, escribió un artículo en 2015: Utopiying, Utopiyang. En él habla de los conceptos del Ying y el Yang y los compara con sistemas sociales. Las Utopías se suelen convertir en distopías, como en el libro de Juan Gómez Bárcena, Ni siquiera los muertos (2020). La predicción de Le Guin, pasa por aceptar la no-permanencia y la imperfección. Tener paciencia hacia la incertidumbre y el cambio.

Octavia E. Butler, ejemplo de ascensor social producto de la educación gratuita, publicó en Essence Magazine un ensayo en el año 2000, titulado "A Few Rules For Predicting the future" En él, cuando es cuestionada sobre como resolver los problemas del mundo, contesta siempre lo mismo. Que no hay una sola respuesta, hay miles de respuestas y tú puedes ser una de ellas si eliges serlo.


El país de Jauja. 1567. Pieter Brueghel el viejo

Ahora no siento que yo esté siendo una de las respuestas para crear un mundo mejor. Me he quedado sin propósito y me pregunto si lo encontraré en este tiempo que voy a tomar para ralentizar la vida. De nuevo, la importancia de lo público, que me va a permitir parar. Nunca me cansaré de repetir, que necesitamos lo público para contener lo privado. 

Así que seguiré con mi romance de primavera, porque me llena de inquietudes nuevas y de nuevas preguntas. Me hace cuestionarme el mundo en el que vivo y me enciende una llama que quiero encender. Por lo menos, dos o tres cerillas a la vez. Abrazo la incertidumbre y sé que no tengo ni tendré jamás todas las respuestas. Prefiero ser un río oriental. Serpenteante, lento y por lo tanto, fértil.

Fértil para recibir vida, mientras me quede una.