Tengo a veces la sensación
de que la vida elige por mi.
Que me dejo mecer
por la determinación
¿Por qué, para qué? si todo está ya escrito
Y no tengo posibilidad de escapar a mi destino.
Que la soledad me abrume
Es sólo un defecto congénito de mi corazón
Pero no puedo evitar lo inevitable
Ni el pasar del tiempo
Ni que la piel se apague
Ni que la vida pase
Y como siempre, yo llegue tarde
Como el relato de Chiang
La luz siempre parpadeará si yo aprieto el botón después.
Así que la única solución
Es el autoengaño espiritual
La ilusión de que puedo cambiar algo
Y que a lo mejor, algún día
Llegue por fin en el momento justo