jueves, 31 de mayo de 2018

Y en aquellos tiempos siempre era fiesta



La tarde caía sobre el Palacio
Y reíamos despreocupados en una terraza
Y alzamos la vista y vimos
poemas volar

Y nos sentimos dichosos de estar ahí
Y de que esa fuese nuestra vida
Por fin el sol bañaba nuestra piel
Y los corazones se quitaban la ropa

La luz nos inundaba y transportaba
a los eternos veranos de la infancia
a los rincones más recónditos del alma
La nostalgia del que se sabe feliz

Y parecía que pudiésemos hacer cualquier cosa
¡Hasta permitirnos ser libres!
Y parecía que todo fuese a salir bien
Y que nos quedaríamos allí para siempre














domingo, 27 de mayo de 2018

Conocerte poco a poco





La relación entre música, poesía y amor parece tan estrecha que ya el mismo Darwin se barruntaba algo al respecto cuando escribió El origen del hombre y la selección en relación al sexo: «Al tratar de la selección sexual veremos que los hombres primitivos, o mejor, algún antiguo progenitor del hombre, ha hecho probablemente un gran uso de su voz para emitir verdaderas cadencias musicales, como aún lo hace un mono del género de los gibones. Podemos deducir de analogías que esta facultad ha sido ejercida especialmente en la época de la reproducción, para expresar las distintas emociones del amor, los celos, el triunfo y el reto a los rivales. La imitación de gritos musicales por sonidos articulados ha podido ser el origen de palabras traduciendo diversas emociones complejas». Así que antes del lenguaje estaría la música y, como origen de ambos, la necesidad de expresar el deseo. 

. Extracto del artículo publicado en Jot Down 

Veinte canciones de amor sobre un poema (no necesariamente desesperado)


Con los ojos cerrados me volví hacia tu lado de la cama. Estiré el brazo en la penumbra para tocarte el hombro. Esa extraordinaria curva, la piel pálida, más pálida aún bajo la sucia sábana. Lo escrito en la piel no se borra, dije para mis adentros.

Qué queda de la noche. Ersi Sotiropoulos



"Hay dos cosas que no nos han de faltar: las delicias de la carne y las delicias de la literatura"

Makura no Sōshi. Makura no Sōshi





Las campanas cantan enfrente de mi ventana.
El ladrillo de la iglesia parece hablarme de secretos de otros tiempos.
El sexo enfrentado a la piedad
Una mano que recorre y acaricia el cuerpo.
Un suspiro de placer.

La sensualidad de las primeras flores
Mece mi alma de la misma forma que la atormenta
La intensidad, una bombilla a punto de explotar.
Y las sábanas rozan la piel 
Y a través de ellas la luz la inunda
De éxtasis

Mi pensamiento se recrea en ti
Y se proyecta la memoria de aquel orgasmo infinito
Ese segundo en el que la pasión lleva al amor
Y se termina aliento contra aliento.
Rozando la perfección,
Y la belleza.

Para esto nací. Para recibir tu lengua
Y que recorrieras la orografía de mi cuerpo pálido
Enganchados con fuerza, intentando conquistar un puente más.
Tocar el alma e inundarse de vida
A lo lejos, se oye un coro cantar
Y no existe otro momento más que el ahora





Cosas que emocionan

La risa de Patricia.
La posibilidad de un nuevo reto
La electricidad generada con la persona que deseo
La luz del atardecer de Madrid cayendo sobre mi calle 
Un concierto de swing con mi núcleo duro
Levantarme en mi cama un sábado soleado, quedarme quieta, imaginar otros mundos desde allí.
El que no pueda decirme adiós. Y se quede y se vuelva a quedar.
Respirar el olor a mar
Las tardes calmadas de conversaciones en primavera
La lluvia cayendo sobre mi.
El agua caliente de una ducha en mi casa.
Volver.




viernes, 25 de mayo de 2018

La introducción a Henry




-Cae el telón y se deja de escuchar la música.
-¿Así vas a acabarla? ¿Tú Opera prima? ¿La gran obra que llevas escribiendo millones de años?
- No es una gran obra y además, no es una novela. Es una polinovela.
-Eso te lo acabas de inventar -. Retuerce la colilla en el cenicero. 
El calor es sofocante. Se queda callado para de súbito preguntar - ¿Y que es una polinovela?

-Una polinovela son muchas novelas dentro de una novela.
-Se me empieza a atragantar la palabra "novela". Ya que te pones a inventar, deberías inventarte otro nombre. Algo que fuera radicalmente distinto.

El interlocutor recoge la colilla recién abandonada en el cenicero. La apaga aplastándola sin rabia, como quien realiza una labor mecánica aprendida de memoria a base de repetición.

-Puede ser.

(...)

-Cuanto te han costado las cañas?
-Nada, yo invito.
-Ya no. Te quiero pagar lo que te debo.
-No es necesario.
-Si lo es. Toma, dos euros. Además necesito cambio porque quiero comprar tabaco.
-Aquí no se puede fumar.
-¿Te crees que me importa? Me estás diciendo que no te lleno intelectualmente y ahora lo que quiero es fumarme un cigarro.
-¿No me vas a dejar invitarte?
-No
-Entonces me voy
-No te levantes. Te aseguro que si te levantas y te marchas, te vas a arrepentir. Así que hazte un favor y piénsatelo.
-Probablemente querida, probablemente. Adiós.

Eduardo camina por el barrio de Lavapies un día de agosto de calor asfixiante. Le cae una gota de sudor que se desliza desde su cuero cabelludo y lentamente atraviesa el camino de piel que lleva a la punta de su nariz.
Pasea sin prisa, regodeándose en cada baldosa agrietada, en cada alcantarilla maloliente para levantar la vista de tanto en cuanto y encontrar los edificios de piedra y ladrillos que crean una sombra ficticia, de asfalto. Polución y colillas tiradas como migajas de pan que le conducen a calles reconocidas. Fotogramas borrosos de cuando su mirada era distinta y su incertidumbre una aventura.
Cuando pasa por la calle del Doctor Cortezo no puede evitar fijarse en las puertas de cristal de aquel portal rodeadas de aluminio que tienen el color de las heces perfectas de su perro, Milton. Aquel que solía sacar a pasear a las doce de la mañana de cada día, cuando Madrid se convirtió en ciudad de transición. Su Hermana Alicia se hartaba de decir que eran color chocolate, como los macarons que traía su madre de aquella pastelería del Madrid de Los Austrias. Discutían sobre los excrementos en tono de sorna, de manera tan apasionada como dos críticos de arte hablan de un Basquiat. Con Alicia siempre se ha llevado bien, le gusta porque es más lista que el hambre y porque a veces, parece ser la única que le entiende en esa familia de locos que tiene.

(-¿Qué es lo que buscas?-)

Le da pena no verla y hablar tan de vez en cuando. Desde que tuvo a los gemelos, parece haberse perdido en el mundo de la maternidad sin billete de vuelta. Pero parece feliz y Eduardo prefiere verla así. Nunca le pregunta si realmente lo es. Sabe que Alicia se reiría y le diría “¡Pues no lo ves, tonto! ¡De tanta China seguro que ya hasta miras del revés!”

(-¿Qué es lo que busco? … No sé, creo que algo más intelectual)

Echa de menos a Alicia y se acuerda de cuando la subía a hombros. Él tenía diecisiete años y respuestas para todas las preguntas de ese renacuajo de siete. Ahora, le quedan pocas respuestas que dar. Por qué hace mucho tiempo que dejó de preguntarse.

(-¿Me estás llamando tonta?
-No. Sabía que te lo ibas a tomar mal.)

En la calle hay movimiento. Un grupo de nigerianos recoge a toda prisa su cargamento de dvds y bolsos imitación de Bimba y Lola.  Andan con paso rápido, echando cada poco un vistazo en busca de los uniformados que acaban de doblar una esquina y aparecen en la plaza de Tirso de Molina. Los bultos que transportan y recogen en un par de segundos que han sido diseñados por la necesidad y la experiencia le hacen recordar que todavía no ha comprado nada para Martha y a ella le gustan esos detalles. Martha es la chica del pelo dorado y la inteligencia sutil. Martha es el hoy y el ahora del que se ha tomado unas vacaciones secretas. Pero no puede volver con las manos vacías o ella lo notará y aunque sabe que sospecha algo, no quiere empezar ese tipo de conversaciones. Esas conversaciones son las que te llevan a la muerte anunciada de las relaciones, al realismo mágico de un espectro fantasmal de lo que fue y ya no es. Se lo apunta mentalmente para más adelante. quizá cuando llegue Alicia el martes, podrá ayudarle a elegir algo bonito para ella. Ahora es imposible pensar con este calor. Sigue caminando pero se acuerda del color marrón de las puertas y del reflejo de aquel cabello al sol y de manera instintiva vuelve sobre sus pasos y fija la mirada en el portal de nuevo.

(-¿Como no me lo voy a tomar a mal?, me estás llamando imbécil a la cara.
-No te lo llamo, estás equivocada.)

Toca el timbre. Sexto piso. Al instante suena el sonido desagradable que le abre las puertas de aluminio, que empuja haciendo un esfuerzo final por desquitarse de la humedad que se le acumula en el cuerpo. Ascensor y al cielo.
Aparece ante él el mismo escenario. Pero esta vez no le parece tan romántico y decadente como antaño, sino más bien un tanto dejado. Fotos del Albaicín y olor a frito mientras se seca el sudor con la palma de la mano. Agua, necesita agua.
Recorre las mesas atestadas de estudiantes vestidos con ropa de segunda mano y se transporta a principios de siglo. Divisa una mesa al aire libre que desocupan unos turistas escandinavos. Se pregunta si serán noruegos y aparece una imagen del salmón que su tía solía llevar a la casa de Puerta de Hierro cuando venía de visita desde Los Fiordos.

(-Lo que me da pena es que sabía que esto pasaría. No estoy enfadada.
-Pues lo parece)

Por fin se sienta en una mesa y al llegar la camarera, una chica de unos veinte años, pelo corto moreno y sonrisa afable le pide una caña, por favor. Asume su papel de nostálgico en un Madrid que ya no conoce y mira a lo lejos los tejados de Lavapiés.
Se pregunta si a Martha le gustaría este sitio y como pronunciaría el nombre del bar en su español rudimentario.
Martha, la norteamericana que le dio el equilibrio que buscaba en una vida hecha a si misma, cuando lo perdieron todo en la crisis eterna. China le dio lo que Inglaterra y España no pudieron: La capacidad de reinventarse fuera de su entorno, aquella en la que no era.

La Madurez conlleva el conformismo ante los acontecimientos que se suceden, ya sean fortuitos o provocados. La madurez es Martha y su piel dorada facturada directamente desde California.

( - Al final lo conseguiste. Te has vengado de todo el daño que yo te hice a ti
-No es eso.)

Sentada dos mesas a la derecha, ve una cabellera caoba que destella con el sol de la tarde. Un escalofrío le recorre el cuerpo entero. 
La chica habla animada con un tipo de aspecto francés. Podrían ser los dos parisinos. Podrían estar casados y haber venido de fin de semana a la soleada Madrid, a olvidarse de todo. A beber cerveza y hacer el amor. 
O podría ser ella.

(- No pasa nada. Pero te arrepentirás.
- No llores, por favor
- No pienso malgastar una lágrima más en ti.)

La chica por fin parece volverse. Debe haberse sentido observada y tuerce la cabeza buscando instintivamente al voyeur.
Cazador cazado. Se enrarece el aire. Eduardo tuerce la mirada y da un trago del vaso.

-¿Eduardo, en qué cojones estás pensando?- Se pregunta. No es ella y no lo va a ser. Si vuelves a cruzarte con ella prepárate para verla de la mano de un niño de cuatro años y con un armario de tipo al lado.
Pero podría haber sido ella. Podría no haberse marchado o podría haberla acompañado a la calle a fumar. Podría haberse dado cuenta antes que el amor, es algo que ocurre pocas veces en la vida y que las ínfulas de intelectual que tenía eran fruto de su ego post adolescente. Podría haber caído en que los trenes sólo pasan una vez y que hay que subirse a ellos cueste lo que cueste.

Esta vez fue a él al que le recorrió una lágrima por la mejilla. Había querido tanto y se había sentido tan dolido que agarró el sentimiento y lo enterró en lo más hondo de su subconsciente y el amor se transformó en desprecio y el desprecio en altivez.

Volvió a mirar a la pareja. Estaban pagando la cuenta y ella reía con algo que la camarera estaba diciendo. La luz volvía a incidir en su cabello creando un contraste que le abrió definitivamente y para siempre esa antigua herida de guerra. Esa herida consiguió que dejase un billete de cinco euros encima de la mesa, se levantase para marcharse y no volver nunca la vista atrás. Hay recuerdos que son demasiado dolorosos. Hay recuerdos que es mejor enterrar.

La Madurez conlleva el conformismo ante los acontecimientos que se suceden, ya sean fortuitos o provocados. La madurez es Martha y su pasado será siempre aquel destello caoba al sol del atardecer.

(-No te levantes. Te aseguro que si te levantas y te marchas, te vas a arrepentir. Así que hazte un favor y piénsatelo.

-Probablemente querida, probablemente. Adiós.)




miércoles, 23 de mayo de 2018

Creo que aborto (...)




"Se conocieron en el parque de El Retiro en 1992. Ella llevaba un vestido de flores, él parecía ser un sufridor. Y entre gente que se aburre pronto de todo y gente que no acaba nunca nada, decidieron pasar juntos las noches y ser más que pareja… ser brigada.

Y ocurrió así. Robaron un R5 y se fueron buscando el calor. Llegaron al desierto de Almería y ese día se cubría con todo el vapor del mar.

Subieron a la montaña más alta y gritaron sus nombres en bucle. Prendieron mecha a fuegos artificiales que les dejaron cegados por las luces. Y sintieron que la carretera se alejaba y que aún no estaban en ningún lugar, que eran los coches y los árboles lo único que les hacía avanzar.

Y ocurrió así. Ella dijo: "Contaré hasta tres y, si en ese momento aún no hemos parado, nada nos va a detener. Uno, dos...".

Uno, dos... Bien pudo ser cosa de magia cuando se transformaron en bestias: él en un lobo feroz y ella en un pájaro con cresta. Llegaban las malas noticias de todas las partes del mundo y a ellos solo les preocupaba ser felices siendo fieras en su refugio.

Y ocurrió así. Ella solía cantar cuando a él le faltaba valor. Crearon su propia sinfonía y su melodía se escuchaba desde Lisboa a Perpiñán, de La Coruña a Gibraltar... de Madrid…

Al cielo solían mirar como a la serie negra de Goya. "¿De qué nos sirve luchar si nunca haremos historia?". Y vieron que incluso las flores tienen su parte decadente. "¡Que se pudra este ramo de rosas, pero no antes que usted, señor presidente!".

Y ocurrió así. Llegaron nuevas ideas que no eran nuevas, sino recicladas. La gente moderna ya no era moderna, sino anticuada. "¿Para qué, para qué volver, para qué si aquí hay mucho más de lo que siempre que quisimos tener?"."



León Benavente. Ser Brigada




Son dos extremos de una misma cuerda
A veces, uno es más fuerte que el otro.
A veces, otro es más fuerte que el uno.
Uno, aunque áspero, es más atractivo.
Apela a los sentimientos de la pubertad.

Es el amor que pudo ser y no fue.
Otro es más suave, depende del día te ahogarías en sus abrazos.

Uno parece que siempre gana. No sabe porque. Sólo sabe que existe una atracción similar a la fuerza electromagnética.
Otro es el que podría tener,
Ese Olimpo soñado.

Si pones a los dos en una balanza, está claro cual será más pesado a largo plazo y cual acabará siendo la cuerda que dé la nota correcta.
Esa que se consigue con tenacidad y trabajo.
Cuando pones a los dos en una balanza, está claro cual será más reactivo al dolor. Que trozo de la cuerda no se deshará a la primera de cambio.
¿Tiene más calidad un trozo que otro?
No necesariamente.
Sólo que uno tiene el atractivo de las experiencias.
Tiene el misterio de las segundas oportunidades, del cable redentor.
El otro se conserva mejor, o lo parece.

Y entonces suena el segundo movimiento y la razón se pierde.

A tomar viento. 
Move on. 



*******


"Vente a la sombra, amor
Que yo te espero

Que tengo el corazón
Aquí con bien deshielo
Vente a la sombra, vente amor
Que yo te espero que tengo ya el cerezo dentro del cuerpo"


Segundo Movimiento Lo de Fuera. Extremoduro


miércoles, 16 de mayo de 2018

Olvídate de comer conmigo.


Lo terrible y fascinante de la vida


Es que es impredecible.


Voy a ponerme el vestido blanco,
para ti.
Voy a confundirme,
de nuevo.

Porque esto no se acaba,
ni se enfría, ni congela.
Porque ya no eres nadie,
eres tú.

Eres el que llama a destiempos.
El que promete irse y duerme conmigo.
El que se dice y desdice,
en una nebulosa de Mahou.

Esperaré a que bajes la guardia.
y te atacaré con sonrisas.
Porque esto no termina,
Ni tú te escapas.

Llevaré el pelo ondulado,
para ti.
Porque voy a confundirte,
de nuevo.







martes, 15 de mayo de 2018

Memories just keep ringing bells





Vuelvo a estar inspirada.
¡La sangre corre por mis venas de nuevo!
Quiero saltar, gritar y correr 
Quiero volver a tocar la guitarra 
Y cantar a los cuatro vientos
Que amo la vida

El cinismo ha desaparecido
Y sólo veo luz 
Quiero susurrar y enamorarme
Quiero escalar montañas imposibles
Porque tengo la fuerza
Y no tengo miedo

Componer, pintar y escribir
Hacer el amor lentamente mirándote a los ojos
Quiero cantar canciones
Ser el trovador de mis experiencias
Y celebrar que estamos vivos
Y que cada día es la eternidad.










domingo, 13 de mayo de 2018

For you, of course.






Valentín me recomendó una botella sin etiqueta aquella noche. Mientras, yo escuchaba a mi acompañante hablándome sobre la entropía.

Debían ser ya las dos de la mañana. Unas tres cervezas y el anteriormente mencionado vino mediante.

- La imperfección es la base evolutiva de cualquier sistema. Los animales no evolucionan voluntariamente.
- Así que la evolución es imperfección -. Razoné mientras pronunciaba lentamente las palabras.
- Así es. - dijo. - El animal que sufre una mutación es diferente y por lo tanto, defectuoso para el resto. Lo divertido, es que esta imperfección,(Atentos), les proporciona la ventaja para adaptarse al medio.
- Con lo que el "imperfecto" será el que sobreviva - Concluí.
-Efectivamente, me contestó. Y lo que lo relaciona con la entropía es que esta mutación es absolutamente aleatoria.


Luego vinieron más recomendaciones, argumentos de obras inacabadas e historias que no reproduciré. Pero esto, es lo único que apunté para que no se me olvidará. 

El resto, pasará.





"Cada una de las entregas de la saga de trece libros de Una serie de catastróficas desdichas incluyó una dedicatoria a la misma persona: Beatrice Baudelaire, el amor perdido y ficticio del hombre que firmaba cada libro, un escritor llamado Lemony Snicket que también formaba parte de la ficción. Los textos de Snicket eran tan optimistas y fabulosos como las novelas a las que precedían: «Para Beatrice. Nuestro amor rompió mi corazón, y detuvo el tuyo», «Para Beatrice. Nuestro amor vivirá para siempre. Tú, sin embargo, no lo hiciste», «Para Beatrice. Cuando te conocí me quede sin aliento. Como tú estás ahora», «Para Beatrice. Siempre estarás en mi corazón, en mi mente y en tu tumba» o «Para Beatrice. Nadie pudo apagar nuestro amor, ni tu casa»."


Dedicado a quienes nunca leen las dedicatorias

Publicado por 


jueves, 10 de mayo de 2018

Siempre nos quedarán los tequilas

La única verdad es el amor irracional.
Alfred de Musset






Se me juntan las vidas y las primaveras,
Se me juntan las tormentas.
Me inspiras,
Y eso es absolutamente terrible para mi salud mental

Voy a colgar otro poema en el cordel,
pidiendo que vuelvas como un huracán,
Porque hacía demasiado que no experimentaba pasión 
y ya se me estaba olvidando.

Saborearé el desasosiego que me provocas,
Me lameré las heridas pintando y escribiéndote tórridas cartas de amor.
Mirándote de soslayo cuando te despistes,
Dejando alrededor tuyo mi olor.

Te invocaré en todas mis publicaciones,
Y te buscaré a través de las butacas,
Porque hacía demasiado que no me dolía el estómago,
Y ya no hay vuelta atrás.




"Who said it's forever? You've got to set your mind free I don't have time for this weather I let it pour over me"

Toro y Moi - Omaha.

martes, 1 de mayo de 2018

Una cena con Tesla.



Al principio, dice San Juan, era el Verbo. Al principio, contesta Goethe, era la Acción. Al principio y al final, digo yo, es el Movimiento. 
"Visita a Einstein" Fragmento de Gog de Giovanni Papini


39.2050038 - 5.215682, 30 de abril 


Estimado compañero,

Realizando un homenaje a la estructura de diario de "Gog" y "El Libro negro" de Papini, me surge la incesante necesidad de poner por escrito varios pensamientos que necesito de manera imperiosa plasmar y que intentaré comunicar de manera ordenada y lógica sin perderme en divagaciones. Si empezase a encadenar un tema con otro te pido no desesperes. Prometo volver a la idea inicial lo antes posible y me excuso con antelación por ello. 

Aprovecho primero para darte las gracias por haber compartido este libro conmigo. Nunca escuché hablar de él y se ha revelado como una sorpresa maravillosa. Tanto la forma como el fondo han despertado, aparte de la inspiración para continuar con mi proyecto literario en ciernes, una admiración intelectual hacia tu persona. Esto me ocurre en contadas ocasiones. No tanto porque yo sea una eminencia en saberes (¡Ojalá fuese así!) Sino que no es tarea sencilla que tenga afinidad de gustos con otros que comparten esta época en la que vivo. Sospecho que te inclinas vehementemente hacia la corriente romántica. Ya somos dos.(Aunque admito que el epicureismo es más práctico) ¿Pero que sería de nosotros si no vibrásemos de vez en cuando, si no sintiésemos la vida correr a través de nuestras venas? 

Sin más te felicito por la correcta elección y no puedo más que confesarte que me ha surgido la necesidad de compensarte. No tengo claro si es por puro egocentrismo o por la más ferviente gratitud, pero el resultado será independientemente de la motivación, el mismo y espero disfrutes tanto como yo lo he hecho.

Intentaré ponerme a tu altura realizando y quizá pecando de temeraria dos recomendaciones que están relacionadas con la naturaleza del servicio que me has prestado.

La primera sería escrita. Está claro y de sobra es conocido que todos los libros aportan algo (Aunque éste sea un aporte soporífero y vanal) Por supuesto cada expresión artística tiene un objetivo diferente y ante todo es la visión subjetiva de una mente humana.

Éste, en particular, creo que podrá recordarte en cierta manera a Papini y esta vez más en el fondo que en la forma. Su protagonista, el joven Nicholas, es arrastrado por el misterioso "mago", El extrafalario Conchis, a vivencias a medio camino entre la fantasía y la realidad. Pero no saldrá de mí ni una palabra más que pueda estropearte el placer del descubrimiento. Si me gustaría, una vez lo termines, que intercambiemos impresiones. Me atrevo a pedirte, que estas sean por escrito.

La segunda sería una recomendación de tipo audiovisual: "Holy Motors" (2012) del director francés Leos Carax, famoso por su película de culto "Los amantes del Pont Neuf" (1991)

No puedo evitar pensar que tú te encuentras entre esas personas a las que les gustaría vivir infinitas vidas y escoger no sólo un camino, sino todos. En mi caso y no sé a ciencia cierta si en el tuyo o es sólo la proyección que hago de ti en mi, (Los románticos somos seres egocéntricos por naturaleza, disculpa el protagonismo) Cuantas más experiencias diferentes enriquezcan el imaginario particular, mejor. 
He aquí pues, una obra que habla sobre ello y que de alguna manera consiguió quedarse encajada en una o dos neuronas de mi cerebro y que creo puede causar el mismo efecto en el tuyo.

Para crear más expectación, si cabe, te dejo el mensaje de audio que Carax pidió se reprodujese a la Asociación de críticos de Cine de Los Ángeles en su ausencia, durante la ceremonia anual, en la que su película sería premiada como "Mejor Filme en Lengua Extranjera" 2012

"Bueno, soy Leos Carax, director de filmes en lengua extranjera. He estado haciendo filmes en lengua extranjera toda mi vida. Los filmes en lengua extranjera se hacen en todo el mundo, por supuesto, excepto en América. En América, solo hacen filmes en lengua no extranjera. Los filmes en lengua extranjera son muy difíciles de hacer, obviamente, porque tienes que inventar una lengua extranjera en lugar de usar tu lengua habitual. Pero la verdad es que el cine es una lengua extranjera, una lengua creada para aquellos que necesitan viajar al otro lado de la vida. Buenas noches."

Espero, impaciente, tus impresiones...

A.