domingo, 22 de octubre de 2023

En octubre empieza el otoño

Yo soy dos.

Dos mujeres dicotómicas. 

Primero me miro en el espejo, busco las señales del tiempo, me hago desear. Más tarde pienso en la intranscendencia del todo. De las noches, de sus días, de una cuenta llena el primer día del mes. 

Somos siempre dos, dos que conviven, que luchan, que se abrazan y que la mayoría del tiempo, hablan, pero no se escuchan.

El es dos.

Dos hombres dicotómicos.

Primero, se mira en el espejo. busca las señales del tiempo, se hace desear. Más tarde piensa en la intrascendencia del todo. De las noches, de sus días, de una cuenta llena el primer día del mes.

Son siempre dos, dos que que conviven, que luchan, que se abrazan y que la mayoría del tiempo, hablan, pero no se escuchan.



Somos dos.

Dos personas que nos encontramos

Que no se miran en el espejo, porque el uno es el reflejo del otro y no buscan más señales en el tiempo, de porque no se descubrieron antes.

Más tarde piensan en la intrascendencia del todo. De las noches, de sus días, de una cuenta llena el primer día del mes. Y si eso no importa, ¿Por qué no saltar? ¿Por qué no sentirse vivo de nuevo?

Somos dos ahora mismo, dos que conviven en la cabeza del otro, que luchan por no dejarse llevar y aún así se dejan. 

Dos que se abrazan en la noche sudorosos y 

que la mayoría del tiempo, 

se escuchan aún sin hablar.