viernes, 27 de abril de 2018

La Primavera de Mahler


Voces a coro
Reminiscencias de Carmina burana
Billetes de avión y pétalos de peonía
Miradas furtivas, (Tú haz que escribes)
Libros negros y conversaciones de madrugada
y poemas sujetos con una pinza a un cordel

"La correspondencia, en los tiempos del WhatsApp, las abreviaturas y los emojis, es un género literario extinto. Como la épica, que al final se convirtió en novela. O la novela, que gracias a la metaliteratura y la autoficción se ha convertido en onanismo. Las relaciones sentimentales por correo, a diferencia de las digitales, se desarrollaban de un modo lento, descompasado y asimétrico. Carecían de inminencia y de interacción. No era posible la réplica inmediata y, por lo tanto, tampoco el diálogo. Se podría decir que se trataba, en resumidas cuentas, de las relaciones sentimentales perfectas.
Sin embargo, casi todas ellas adolecían del mismo defecto; ese que Anatole France llegó a considerar una espantosa plaga comparable solo con la guerra: un irresponsable y contraproducente exceso de romanticismo. O al menos, de romanticismo mal entendido. Porque la pasión debe ser impetuosa. Vehemente. Por momentos incluso agresiva. La reflexión y la pausa la aniquilan. Su autenticidad pasa por la respuesta impulsiva. Por la reacción irracional. Consiste en arriesgarse, en sincerarse, pero también en equivocarse y arrepentirse. Consiste en llorar. En gritarse. En «desmayarse, atreverse, estar furioso». Consiste en buscarse. Consiste en romper a follar. Si hay dos cosas incompatibles con la pasión hasta lo nocivo son la introspección y, sobre todo, la retórica."
Me duelen los cojones. Te quiero de Manuel de Lorenzo