lunes, 20 de junio de 2011

Los olvidados.

Hace mucho calor
Y es que hacía ya mucho que no era verano.
La piel se pega a mi sofa de invierno
Y la ventana es una constelación de luces.
Algunas son fijas, otras parpadean

Dentro de mi existe un universo
que funciona con otras reglas a las conocidas
no hay física ni espacios predeterminados
todo gira, se extiende o expande o cambia de color
dependiendo de las emociones


No soy cerebral ni pragmática
Y me guío por instinto
A veces soy valiente
Pero ultimamente no.
No quiero elegir ningún camino
porque me haría no seguir otros

Opciones y las consecuencias de ellas.
Y las mil variables que las envuelven
Un agujero en el futuro
Una mirada al precipicio.
Una piedra tirada al mar
que se hunde sin remedio.


Madrid está pesimista y hay pocos matices.
La gente anda malhumorada y el arte se vuelve político.
Habla de globalización, desesperanza y desamparo
Yo, en cambio, inventaría reinos
Y los llenaría de colores
Del verde pistacho al rojo vino.

Y daría vueltas dejando que se elevara el vuelo de mi falda
Sentada en una hierba fresca y frondosa
Con una colcha de cuadros rojos y blancos
Y una botella de vino fresco.
No dejaré de soñar
Aunque las arrugas empiecen a surcar mis ojos
O los imperios se derrumben
O las flores pierdan su tersura
O la calle calle su alboroto.