domingo, 13 de mayo de 2018

For you, of course.






Valentín me recomendó una botella sin etiqueta aquella noche. Mientras, yo escuchaba a mi acompañante hablándome sobre la entropía.

Debían ser ya las dos de la mañana. Unas tres cervezas y el anteriormente mencionado vino mediante.

- La imperfección es la base evolutiva de cualquier sistema. Los animales no evolucionan voluntariamente.
- Así que la evolución es imperfección -. Razoné mientras pronunciaba lentamente las palabras.
- Así es. - dijo. - El animal que sufre una mutación es diferente y por lo tanto, defectuoso para el resto. Lo divertido, es que esta imperfección,(Atentos), les proporciona la ventaja para adaptarse al medio.
- Con lo que el "imperfecto" será el que sobreviva - Concluí.
-Efectivamente, me contestó. Y lo que lo relaciona con la entropía es que esta mutación es absolutamente aleatoria.


Luego vinieron más recomendaciones, argumentos de obras inacabadas e historias que no reproduciré. Pero esto, es lo único que apunté para que no se me olvidará. 

El resto, pasará.





"Cada una de las entregas de la saga de trece libros de Una serie de catastróficas desdichas incluyó una dedicatoria a la misma persona: Beatrice Baudelaire, el amor perdido y ficticio del hombre que firmaba cada libro, un escritor llamado Lemony Snicket que también formaba parte de la ficción. Los textos de Snicket eran tan optimistas y fabulosos como las novelas a las que precedían: «Para Beatrice. Nuestro amor rompió mi corazón, y detuvo el tuyo», «Para Beatrice. Nuestro amor vivirá para siempre. Tú, sin embargo, no lo hiciste», «Para Beatrice. Cuando te conocí me quede sin aliento. Como tú estás ahora», «Para Beatrice. Siempre estarás en mi corazón, en mi mente y en tu tumba» o «Para Beatrice. Nadie pudo apagar nuestro amor, ni tu casa»."


Dedicado a quienes nunca leen las dedicatorias

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