jueves, 28 de agosto de 2025

El purgatorio de Asís.


Llevo ya un par de días

Despidiéndome de Asís. 

Es un luto previo,

a mis días de soledad,

a los paseos de música,

y a los descubrimientos fortuitos.

Me despedí ayer de las bóvedas,

salpicadas de estrellas doradas,

de la Basílica del santo.

De sus frescos llenos de vírgenes y dorados,

De sus marcas de lápiz,

que me sorprenden, 

desde el futuro.

Dicen que la basílica inferior,

representa el purgatorio,

Yo me quedaría a vivir allí,

bajo sus bóvedas azules intensas,

y sus estrellas,

y su silencio.



Para mi han sido días de recogimiento, d
e solitud y creación. Me estoy preparando para la batalla que lidiaré con mi vida a la vuelta.

El desencanto con la cultura, la alienación elegida y al mismo tiempo rechazada. Quizás por eso ya me despido. Porque después de tantos años, ya sé como lidiar con lo que se va.

Se fue tanto de mi vida y al mismo tiempo, tanto nuevo llegó. Las tardes seguirán cayendo y la luz seguirá bañándome, sea en Asís o en Madrid, porque al final lo importante, es el mundo que yo poseo. 

Y en el recuerdo quedarán, como cuando paseaba las calles del Valais de Suiza, o los caminos de tierra del Serengeti, impresas las sensaciones. Solo las sensaciones, porque las imágenes las borra el tiempo y la memoria y solo quedan olores, sonidos, que cada vez que ocurren, abren un hueco en el espacio tiempo y me vuelven a llevar allí. 






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