lunes, 14 de abril de 2008

Inocente adolescente


Esta noche ha sido todo color.

Siento desazón y placer a partes iguales cuando sueño irrealidades que confundo con la verdad.

Te levantas intentando hacer memoria de lo ocurrido. A veces estás a punto de coger el teléfono para contrastar los hechos como buen navegante de sueños.

- Te propongo una trato (Exterior, Jardín aristocrático, fuentes abandonadas a moho, perros ladrando por todas partes.)

- ¿Qué tipo de trato?

- Planea una empresa, la que quieras. Dame una idea.

- ¿Sin detalles?, no se lo que se quiere conseguir ..

- No necesitas saberlo. Queremos creatividad.

Retos oníricos.

Y es que a veces, hace ya unos años, cuando nos explicaban en filosofía el mito de la caverna, se me pasaba siempre por la cabeza la pregunta de ¿Y si no salgo de la cueva, qué? Tampoco sería para tanto.

Fuego, comida y cama. No necesito más.

Y sueños, todos los del mundo.

Leo a Walt Whitman.

Retorno al buen camino

Y espero su pronta llegada de parajes asiáticos.

Tengo que hacer una nueva lista de Cosas que hacer antes de los treinta.

Replantear objetivos es sano, a la par que divertido.

Casi tanto como imaginar formas con nombre en las nubes


Viernes noche.

Mesa de mármol. Copa de vino peleón.

Hemingway a mi lado y enfrente un crítico musical.

El músico con el que tengo relación político familiar me invita a escuchar a La chicana.

Telón rojo de terciopelo cogido de cualquier burdel.

Mujer enigmática con voz maravillosa.

Letras de poeta.



No hay comentarios: