La casa del pecado
Gruesas gotas caen sobre el asfalto.
Tormenta primaveral.
Por las calles corren grupos de personas a resguardarse,
Mientras yo me dirijo a la casa del pecado.
La noche de Madrid es fulgurante,
En La Galería me esperan.
Y veo desenfocados besos fugaces bajo portales,
Encuentros fortuitos repletos de vaho.
Terminaremos a las cinco delante del piano,
E impregnaremos nuestra sangre de calor.
Aprovecharemos los cuerpos y los abrazos,
Que la vida nos regala.
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