martes, 16 de febrero de 2010

HOME & HOMIES

El Hogar.

Mi hogar está compuesto de miles de pequeños fotogramas, que atesoro con mi precaria memoria, con el mayor de los esmeros.

Pequeños momentos que se entremezclan con sensaciones, olores y hasta imágenes que pasaron a formar parte de mi realidad sin serlo.

P llegando al portal de mi casa, improvisaciones musicales de ukeleles, guitarras y sonido de cajas de galletas Chiquilin de fondo.

Aquellas improvisadas conversaciones con mi hermano de madrugada.

Teresita, Kika, Malú y yo recorriendo el Paseo de Pintor Rosales en una tarde de verano cualquiera, vestidos blancos, collares etnicos y sonrisas, a veces provenientes de paraísos artificiales, dibujadas en el rostro.

Tardes de invierno con mi hermana mayor, tardes de resolver el mundo entre humo de cigarrillos y puesta toda nuestra esperanza en el ser humano ilustrado.

Levantarme con el sonido de antiguas canciones extremeñas que hablan de amantes despechados, mientras desde mis sábanas blancas me llega el olor del café recien hecho.

El sol atravesando el ventanal de mi cuarto, el viento chocando furioso contra el cristal, y yo, dejando pasar los tic tac del reloj sin sentirme culpable de nada.

Mi hogar, se compone de las personas a las que amo, de aquellas personas que me han abrazado cuando se me ha roto el corazón y de aquellas que han celebrado mis triunfos con una sonrisa.

La soledad, a veces, se convierte en una losa que te pisa y axfixia. En esos d'ias, cuando la novedad de la aventura queda atras y se olvida momentáneamente, esos d'ias en los que muero por dormir en mi cama, abrazar a los míos y compartir un domingo cualquiera de Trivial.

Como aquel paseo por el retiro con P, sentados enfrente de un jardín marchito, preguntandonos con incertidumbre donde estaremos dentro de diez, quince o veinte años, la maldita, retorcida y al mismo tiempo divertida incertidumbre que nos hace caer en la cuenta que la vida es una aventura que pasa veloz, que se escapa de las manos como una lagartija traviesa. Que todas las crisis son oportunidades, que no siempre podremos ver una puesta de sol en Africa, o bailar en un aisla desierta, que todav'ia somos jóvenes, pero no por mucho tiempo.

Que no siempre podremos pasear bajo las estrellas ni reir despreocupados del mañana, que no siempre nos romperán el corazón, porque hay algo peor, y es el olvidar que uno, tuvo corazón alguna vez.

La vida, con sus decisiones y con la pregunta universal que todos nos hacemos, y es que para qu'e demonios estamos aqui?

Yo sólo espero, que no se me agriete la inocencia que todavía poseo, que no se me seque la esperanza y que mis sueños nunca mueran, y, que siempre que mire el horizonte, este donde este, sepa que tengo un hogar al que volver.


1 comentario:

Anónimo dijo...

ay cdo volvamos al hogar...!!!

y si ...el cafe nuevo es muy importante ;-)

tk!!