
Esta semana he terminado con muchas cosas.
Para empezar de trabajar. Hoy, ha sido mi último día.
P está orgulloso de mi.
Y yo dentro de poco, también me sentiré satisfecha con la nueva etapa que comienza.
Ayer compré un montón de camisas blancas para llevarme a Suiza.
Tengo que admitir que el tema de llevar uniforme me hace mucha gracia.
Retrocedo a la época del Corte Inglés. Mi madre discutía con la dependienta sobre el precio de las camisas y los calcetines.
"Se está poniendo todo carísimo" decía.
La dependienta asentía mecánicamente a un comentario que habría escuchado ese mismo día bastantes veces más.
Y en una semana tendré ese abrigo que perteneció a mi madre, con mis iniciales bordadas en un forro de arabescos grises. Iniciales que pasarán a mi hija, por supuesto.
Mientras tanto amenizo leyendo cuentos poco conocidos de Jack London, Mark Twain u Oscar Wilde
Mañana más y mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario