lunes, 17 de marzo de 2008

Atila también se enamora.

El otro día conocí a un hombre que me dijo que yo no era su tipo.
Y entonces yo le dije, sin ningún tipo de acritud, que él tampoco era el mío.

Me dió que pensar. ¿Cual es mi tipo?

E hice un esbozo de lista.

Un suizo de la parte francesa, alto, desgarbado de nombre Philippe y de pelo rizado negro.
Un vaquero del oeste como el del anuncio de Marlboro.
Algún embajador jóven y apuesto, inteligente, brillante y con carisma.
Un músico atormentado en busca del sonido perfecto.
Un pintor del West-Side con zapatillas retro.
Un arqueologo que trabaje en Siria, con barba y rubio.

Mientras lo pensaba, me di cuenta, que mi tipo es Zach Condon creador de Beirut (band).

Luego estuve reflexionando sobre la misoginia. Hay palabras interesantisimas, como misantropía y misoginia. ¿Pero como demonios se llama el odio hacia los hombres?

¡Misandria! Aunque se acepta como oficial la palabra Androfobia. ¡Ahí queda eso!

El sábado por la tarde me llamaron las locas de mis amigas para tomar cañas.
Solemos ir siempre a un sitio por la calle Ferraz que es gallego. Una maravilla. Bar cañi donde los haya, lleno de señores viendo el futbol.

Hay una pareja que está siempre alli. Nieve, llueva o se esté acabando el mundo. Con dos gin tonics y sin hablar. ¡Alcoholicos enamorados!

En ese bar, he llorado mi primer amor, he ligado, he estado arropando a alguna amiga desconsolada, me he tomado 25 cañas a lo largo de una tarde, que pasó a ser noche y más tarde madrugada. Hemos cantado y bailado. Comprado tabaco unas 587 veces y sobre todo hemos estado juntas, para lo bueno y para lo malo.

Yo no soy de tener muchas amigas, porque desconfio de la gente que de primeras es encantadora, porque me resultan cínicas y de las que son desagradables porque me parecen unas cretinas. Así que hay que darme mucho la tabarra para poder llegar a mi.

Con ellos es diferente. Siempre me han parecido menos dañinos. Aunque hay que admitir que es complicada la relación de amistad entre hombre y mujer, porque siempre hay alguno de los dos que acaba por enamorarse del otro.

Y tú estás tan tranquila con tu amigo, cuando, sin venir a cuento, te dice que se ha enamorado. Y es entonces cuando empiezas a comerte la cabeza pensando en que nunca le habías visto tan guapo ni tan inteligente. Lo malo es que lo que nos da miedo es perder la oportunidad. Lo cual es tan egoista como humano.

Menudo rollo, me siento una adolescente de serie yankee.


" El sol que estaba entonces en su punto más bajo del horizonte daba al agua una coloración purpúrea con destellos de oro en las crestas de las grandes olas adquiriendo tonos azules y verdosos en sus puntos más profundos. Parecía como si cada embarcación de pesca atrajese hacia sí sus propios botes mediante invisibles cadenas. "

Capitanes Intrépidos

Rudyard Kipling

No hay comentarios: