jueves, 3 de noviembre de 2011

Waiting for the sun

Está siendo un otoño lluvioso.
Supongo que como todos los otoños,
que tienen algo de melancólico y romántico.


Está siendo un otoño de reflexión.
De tomar las riendas de la vida
De elucubración de planes futuros
Y de ejecución de planes presentes.


Está siendo un otoño también de confusión
Mezclada con notas de colores 
de tanto en cuando


Está siendo un otoño de hojas marchitas y muebles gustavianos.
Y de flores. de muchas flores.
De aprender también los nombres de las plantas.
¡Eso es un Acer! ¡Eso una higuera! ¿Se llama brassica esa flor?


También está siendo un otoño de sueños
Algunos se cumplirán, otros no.
En una tierra que parece yerma
Donde las esperanzas parecen un lujo
Y los abrigos de pieles marcan la diferencia cada vez más exagerada.


Está siendo un otoño de sofá y manta.
De acumulación visual, de inspiración, de aprendizaje.
De profundo descubrimiento personal
Y de niños disfrazados de calabaza.


Se acercan tiempos de cambio.
Lo huelo, lo noto en los huesos
Con la primavera vendrá el movimiento
Y con  el movimiento, la luz que estoy buscando
Y, que de momento, sólo puedo vislumbrar.
La luz es débil. Pero lentamente, se acerca.


shhhh... 
¿No la oyes?
Está aqui, entre el corazón y la sangre que se mezcla con vísceras, músculos y membranas.
Es el alma, que palpita.
Y que no se rinde.


Entrañablemente ingenua
silenciosamente capaz.








This is what you shall do; Love the earth and sun and the animals, despise riches, give alms to every one that asks, stand up for the stupid and crazy, devote your income and labor to others, hate tyrants, argue not concerning God, have patience and indulgence toward the people, take off your hat to nothing known or unknown or to any man or number of men, go freely with powerful uneducated persons and with the young and with the mothers of families, read these leaves in the open air every season of every year of your life, re-examine all you have been told at school or church or in any book, dismiss whatever insults your own soul, and your very flesh shall be a great poem and have the richest fluency not only in its words but in the silent lines of its lips and face and between the lashes of your eyes and in every motion and joint of your body.” 


Walt Whitman.





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