Me leen la primera frase de una novela.
Ahora termínala, me dicen.
Pequeños experimentos para mejorar la narrativa.
Microrelato I
La
llamada no debió causar en mi mucho impacto porque por más que lo intento, no
consigo acordarme de aquel nombre. O quizá fuera debido a la hora de la llamada, que interrumpió la fiesta onírica que había organizada en mi
subconsciente aquella noche.
Pero
si me acuerdo del día siguiente, porque fué la mañana en la que nuestro perro
amaneció muerto sobre el suelo de baldosas blancas y negras que tenía la
pequeña cocina de mi piso alquilado.
El
perro se llamaba Cash y lo enterramos al día siguiente.
Microrelato II
Pero la ceguera nunca me impidió ver más allá, no como
al resto de mis hermanos.
Yo
ahora vivo en una casa grande, tengo mujer e hijos y un buen trabajo. ¿Qué demonios consiguieron Louise y Johnny en cambio? Louise estará alcoholizada en alguna
cama de algún motel de carretera, no me quiero imaginar con que camionero de poca monta compartirá el camastro y Johnny, ¡Oh! ¡Pobre Johnny! Murió de un
ataque al corazón hará ya dos años el día cuatro de febrero, estaba
obeso y medio loco. Pensaba que el gobierno conspiraba en su contra.
Es
curioso como el que parece a primera vista el más débil y el que menos
posibilidades tiene de llevar una vida "normal", resulta ser el superviviente del
clan.
Que se joda Darwin.
4 comentarios:
Brutal!
Fantástico, pelirroja.
Gracias!!!! :)
Mira qué chistoso, escribimos a la misma hora.
Publicar un comentario