miércoles, 9 de noviembre de 2011

Microrelatos I


Me leen la primera frase de una novela. 
Ahora termínala, me dicen. 
Pequeños experimentos para mejorar la narrativa.



Microrelato I

La llamada no debió causar en mi mucho impacto porque por más que lo intento, no consigo acordarme de aquel nombre. O quizá fuera debido a la hora de la llamada, que interrumpió la fiesta onírica que había organizada en mi subconsciente aquella noche.
Pero si me acuerdo del día siguiente, porque fué la mañana en la que nuestro perro amaneció muerto sobre el suelo de baldosas blancas y negras que tenía la pequeña cocina de mi piso alquilado.
El perro se llamaba Cash y lo enterramos al día siguiente.





Microrelato II

Pero la ceguera nunca me impidió ver más allá, no como al resto de mis hermanos.
Yo ahora vivo en una casa grande, tengo mujer e hijos y un buen trabajo. ¿Qué demonios consiguieron Louise y Johnny en cambio? Louise estará alcoholizada en alguna cama de algún motel de carretera, no me quiero imaginar con que camionero de poca monta compartirá el camastro y Johnny, ¡Oh! ¡Pobre Johnny! Murió de un ataque al corazón hará ya dos años el día cuatro de febrero, estaba obeso y medio loco. Pensaba que el gobierno conspiraba en su contra.
Es curioso como el que parece a primera vista el más débil y el que menos posibilidades tiene de llevar una vida "normal", resulta ser el superviviente del clan. 
Que se joda Darwin.


4 comentarios:

Marta dijo...

Brutal!

Kp dijo...

Fantástico, pelirroja.

Alex dijo...

Gracias!!!! :)

Kp dijo...

Mira qué chistoso, escribimos a la misma hora.