viernes, 2 de mayo de 2008

Riders on the storm




Una foto dice muchas cosas.
No sólo hay que mirarla, hay que verla.
Y hay veces, muy de vez en cuando, terminas envuelta en ella.
En la belleza que respira, en la atmósfera.
Incluso pueden entender la expresión de las caras, porque parece que estás allí.
Junto a ellos.
Es una sensación incluso táctil.

Esta es una historia antigua de Amor. Vamos, de lo que llevo hablando una temporada en el blog. Los valores morales y la ética personalizada.

"Ya pasados los ochenta, Gorz publicó el otoño pasado el libro que echa los cimientos de su incipiente leyenda, su «Lettre à D. Histoire d´un amour» («Carta a D. Historia de amor»). Más allá de las teorías, caídos todos los velos, idas todas las esperanzas, Gorz escribe a la mujer de su vida una carta de amor: ambos están enfermos, ambos se descubren al margen de todas las patrias, ambos han vivido solos, desde niños, ambos dicen amarse, a los ochenta años, con la intacta pasión de cuando se conocieron, en París, sesenta años atrás, en un baile de la plaza de Saint-Sulpice, la noche de un 14 de julio.

La carta, de la que abajo se reproducen varias líneas, contiene ochenta y tantas páginas de amor y esperanza, teñidos de melancolía, ante la contemplación de dos niños, dos jóvenes, un hombre y una mujer que siempre habían vivido condenados al destierro. Ella era una inglesa que hizo su vida en París. Él era un judío austriaco que consagró su vida a soñar un mundo nuevo que solo terminó encontrando en el cuerpo de la mujer que amó, Dorine." (extracto de Abc.es)

« Tu vas avoir quatre-vingt deux ans. Tu as rapetissé de six centimètres, tu ne pèses que quarante-cinq kilos et tu est toujours belle, gracieuse et désirable. Cela fait 58 ans que nous vivons ensemble et je t’aime plus que jamais. Je porte de nouveau au creux de ma poitrine un vide dévorant que seule comble la chaleur de ton corps contre le mien ».

*El video es gracias a Gema.

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