lunes, 21 de enero de 2008

Las tres Manolas

Acabo de ver el primer capítulo de Sexo en Nueva York.

Y lo vi, básicamente porque no me quedaba otra alternativa. Llevo sin televisor tres meses, estoy sola en casa, no tengo ningún libro interesante a la vista y quiero fumar.

El caso es que ayer, cenando en casa de mi hermana vi la primera temporada. Ella no para de hablar de la serie, que si le encanta el personaje de Carrie, que si es divertidísima, que si, que si, que si.

Así que como intento ser una persona sin prejuicios y librepensadora, me he decidido hoy.



Creo que puedo afirmar, no lo tomeís como una verdad universal, aunque lo sea. Que Sexo en Nueva York es una serie hecha para mujeres con mucho tiempo libre.

¿Pero en que mundo uno cree que los hombres son así de tontos? Ya de las mujeres ni hablamos. Todas feministas, absolutamente patéticas queriendo comportarse como zorras siendo algo peor, absolutamente imbéciles..

En fin, que me he puesto de mal humor.

Por cierto, el señor este de la foto, es Wes Anderson, que me recuerda al señor Burns de jóven. Lo cual es horrible para mi, ya que llevo dos noches seguidas soñando que me caso con él. Con Wes, queridos, con Wes.




He de decir que mi vida social en las últimas dos semanas se ha reducido a cero.

Convaleciente, con exámenes y con toda una recopilación sobre mi vida que entregar en forma de títulos, curriculums y fotos carnet sólo veo a doctores, funcionarios que me hacen pensar en Larra y libros y libros con datos que poco o nada me interesan.

Vamos, que soy la alegría de la huerta.




Estoy pensando seriamente en la posibilidad de emigrar a algún sitio cálido y hacerme un bicho bola.

He dicho.



"Conocía mal la ciudad, lugar de mi nacimiento y de mis primeros pasos, en la vida, y después todos los demás que tanto han confundido mi rastro ¡Si apenas salía!. De vez en cuando me acercaba a la ventana, apartaba las cortinas y miraba fuera. Pero enseguida volvía al fondo de la habitación, donde estaba la cama"

El expulsado Samuel Beckett


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