Manifiesto: El optimismo no es una opción.
1 de junio de 2025
Nota: Las ideas expuestas a continuación, son fruto de lecturas, conversaciones, visionados y pensamientos. La cooperación y la interacción, es al fin y al cabo, lo que nos hace humanos.
Contexto y propuesta:
En un marco geopolítico de incertidumbre, un desarrollo de la tecnología que cada vez cobra más peso en las decisiones políticas y que crece de manera exponencial, desigualdades crecientes en el reparto de la riqueza mundial y un sistema capitalista que parece agotado y que pronto llegará a su fin con la limitación de los recursos de la tierra, hace falta repensar.
Afortunadamente muchos de nosotros, no tenemos que preocuparnos en buscar una cueva para resguardarnos y hacer fuego. Tenemos el privilegio de pulsar una tecla y obtener calor. Hemos llegado a desarrollar el mayor estado de bienestar de la historia de la humanidad. Así que, en lugar de practicar el aquí y ahora y convertirnos, así en el país de la Cucaña, miremos más allá. Pensemos en los que están por venir.
Vivimos en el futuro. Muchos de los deseos de aquellos que vivieron alienados en épocas de cambios, como la industrialización, se han cumplido. Entender el concepto de ser humano, como parte de una historia que nos trasciende es fundamental.
Tenemos la oportunidad y el privilegio de convertirnos en lo que queramos ser, porque tenemos las herramientas de desarrollo, tecnología y pensamiento.
En la novela de García Márquez, Cien años de soledad, Los nuevos habitantes de un pueblo nuevo, Macondo, tienen que inventarse palabras para describir nuevos objetos y crean nuevos usos para otras.
El significado de las palabras es esencial. El lenguaje nos construye y nos transforma. El lenguaje crea mundos y es capaz de destruirlos. Así que ¿Por qué no resignificar las palabras para que estas expresen lo que queremos llegar a ser?
No existe un mundo perfecto porque no somos perfectos y no tengo una solución mágica que nos vaya a salvar. Pero si tengo ciertas certezas y algunas ideas. Estas son:
De la naturaleza humana del ser humano:
Los humanos somos seres complejos y espirituales, queremos trascender y eso es lo que nos hace tener esperanza. Estoy de acuerdo que el proverbio que habla de plantar un árbol sabiendo que la sombra que ofrezca será para las futuras generaciones y no para nosotros, es entender el significado de la vida. Así que quizás, no seremos los que sobrevivamos cuando paremos la máquina, pero otros si lo harán y eso es lo que importa.
Los humanos somos seres sociales. No podemos sobrevivir solos. Hasta Thoreau, cuando se aisló en una cabaña de la civilización para escribir su Walden, recibía visitas de su madre con comida y ropa limpia. El único futuro posible, es a través de la colaboración y no de la competencia.
El comienzo de la civilización, no se fecha en la primera vez que el hombre descubrió el fuego o plantó el primer grano de trigo. La antropóloga estadounidense Margaret Mead, fecha el comienzo de la civilización con el descubrimiento de un esqueleto que tiene un fémur roto y signos de curación. En ese momento, se demuestra que un humano no dejó atrás a otro sino que paró a curarle, cuidarle y alimentarle, hasta que pudiera valerse por sí mismo. El único futuro posible es el de una sociedad que cuida.
Repensemos el significado de la palabra colaboración y cooperación, como uno que hable de una sociedad justa e igualitaria. Démosle un carácter peyorativo a las palabras organigrama, jerarquía e desigualdad.
Sobre el valor de cambiar valores.
Podemos y debemos, permitirnos cambiar de opinión y de valores.
Planteémonos el significado de la palabra "Progreso" y preguntarnos si el crecimiento es la solución. Existen diferentes formas de entender la palabra "crecimiento" y no todas tienen que ser desde el crecimiento económico, poblacional o tecnológico.
Podemos y debemos, reducir el ego. Dejar paso a nuevas generaciones. La esperanza de vida ha aumentado drásticamente y una persona de setenta años, puede seguir aportando con toda la experiencia acumulada. En un mundo mejor, me imagino a personas que al cumplir años, trabajan menos de manera gradual. Me imagino a esas personas, formando a los más jóvenes que están por empezar en el mundo profesional. Me imagino a esas personas, compartiendo generosamente su sabiduría y no agarrándose al poder. El poder corrompe cuando se ostenta demasiado tiempo. La rotación es necesaria para la integridad.
Redefinamos la palabra "Éxito" para que no signifique más, riqueza y fama, sino que vuelva a ser sinónimo de prestigio y sabiduría.
Aspiremos a ser responsables con nuestro tiempo y el futuro. Asumamos con humildad nuestro papel en la historia de la humanidad y aprendamos y entendamos la diferencia de significado entre placer y felicidad: El placer es transitorio y por lo tanto efímero. La felicidad debe ser una aspiración a largo plazo y un estado a construir de equilibrio entre los buenos momentos y los malos.
Oriente: Fluyamos como los ríos.
Nuestro futuro pasará por nuestra relación con la naturaleza. La expresión "Tener los pies en la tierra" no es baladí y en mi opinión, cobra más importancia que nunca. Debemos construir una relación cercana con el medio que habitamos e integrarnos en él. Somos sólo una parte más de un ecosistema rico. No lo empobrezcamos, no lo minemos. Cuidémoslo como se cultiva un jardín.
Pensemos en un concepto del tiempo circular, cambiemos nuestras aspiraciones verticales a otras horizontales, en el que formemos no sólo parte de un planeta, sino de un universo entero.
Conectemos con la muerte. En una sociedad en la que no se olvida a los muertos, se pierde el poder de la trascendencia. Vivimos porque sabemos que vamos a morir. La muerte nos impulsa a vivir. Creamos que somos parte de un todo.
Imitemos a los organismos vivos desde la más pequeña escala a la más grande. Adaptémonos al entorno para no quedarnos obsoletos y démosle la vuelta al concepto de entropía. Que este sea de regeneración y no de caos. Anclémonos a los que vinieron antes y a los que llegarán después.
Sobre la importancia de la educación, la investigación y el pensamiento crítico.
El futuro dependerá de la educación. Todos aquellos que forman a las siguientes generaciones tienen una gran responsabilidad por delante.
¿Por qué los profesores, médicos e investigadores son los profesionales peor pagados? En un sistema más justo con el largo plazo, estos serían reconocidos y recompensados. Es necesario entender el poder de la educación como base de la civilización. Es necesario entender el poder de la investigación como semilla de un futuro mejor.
Es necesario entender el poder de la investigación para la mejora de las condiciones de vida. Los médicos, investigadores, científicos y pensadores son imprescindibles para un futuro mejor. Ofrezcámosle un valor que no dependa de resultados económicos, sino del bien común.
Sembremos el pensamiento crítico. La práctica de debatir, de cuestiona a los otros y, sobre todo, a uno mismo. Respetemos a los educadores como lo que son. Sabios que tienen el peso del futuro en sus manos.
Volvamos a darle significado a la palabra Academia y Ágora y formemos a los mejores profesores en las mejores condiciones para tener las mejores generaciones posibles.
Sobre la necesidad de creación y cultura.
La cultura define la identidad de un grupo de seres vivos. Son sus costumbres, su manera de sociabilizar y crean el sentido de comunidad. La cultura es evolución.
Las expresiones artísticas son necesarias en la innovación. El arte, existe para plantear preguntas, no para responderlas. La creatividad es fuente de soluciones. Las distopías y las utopías son necesarias para plantear posibles futuros. la ficción ayuda a reconectar con la realidad desde otro punto de vista y eso puede ayudarnos a solucionar problemas de maneras nunca imaginadas.
Necesitamos personas que ofrezcan su particular visión del mundo. Necesitamos personas que nos conecten con nosotros. "El arte es garantía de cordura" ya lo decía Louise Bourgeois. Pero el arte además, es consuelo y alimento.
Démosle espacio a cada persona para cultivar su cuerpo y su mente. Ofrezcamos herramientas de creación que desarrollen el pensamiento crítico a través de ideas.
Resignifiquemos el arte y la cultura, como la fuerza capaz de crear un nuevo mundo, en el que quepamos todos.
Uno a uno, formamos parte de un todo.
Aprendamos a poner nuestras propios limites. Redefinamos lo que aceptamos como individuos y lo que aceptamos como sociedad.
Demos la oportunidad a todas las personas a que lleguen a conocerse en este viaje que es la vida. Démosles herramientas para que puedan construir su mejor versión y aprender a sobrellevar los golpes, que con certeza van a recibir. Démosles herramientas para que puedan identificar el momento exacto en el que empiezan a traspasar la libertad del otro.
La educación emocional es imprescindible para la armonía. Aprendamos a vivir con nosotros, para poder vivir con los demás.
Tejamos de nuevo las relaciones entre personas y comunidades. Recuperemos el prefijo Poli- y entendamos su significado real que habla de pluralidad.
Seamos amables en el sentido de todo su significado. Seamos pues, dignos de amar y ser amados.
Sobre el desarrollo de la tecnología y la ciencia.
Si hemos conseguido llegar a un nivel de desarrollo tecnológico en el que se abren nuevos desafíos sobre el uso de la información, la biología, la ciencia, la economía y la vigilancia en un mundo globalizado, definamos las fronteras.
Unámonos para pedir que todas las naciones actúen a través de órganos reguladores que establezcan las prioridades en el tiempo. Empezando por la ética en el desarrollo científico, consensuando una política de no competitividad en la que no haya manera de enriquecerse con dinero y sí con nuevos carreteras que nos lleven a otros mundos posibles.
Recordemos que la ciencia y la tecnología nos proporciona herramientas. Somos nosotros los que elegimos para que utilizarlas. ¿Por qué no hacerlo para crear el mundo que nos gustaría dejar?.
Utilicemos la ciencia para curar a todos y no unos pocos. Utilicemos la tecnología para tener más tiempo para imaginar otros mundos posibles que legar.
Cambiemos el concepto de ingenuidad de uno peyorativo a uno del que enorgullecerse. Dejemos de ser prácticos para ser soñadores, dejemos de vivir en el presente para pensar en el futuro. Recuperemos renovado el espíritu del explorador que entusiasmado llegaba a los bordes del mundo, donde había dragones. Que esta forma de vivir, nos de esperanza en vez de miedo.
Sobre la responsabilidad de los medios.
Creemos un mundo en el que la información no esté ideologizada ni dependa de intereses. Invirtamos en crear medios independientes, críticos, que devuelvan a la palabra "periodismo" su significado original: el de informar de manera objetiva, para que cada ciudadano que ha recibido una educación de calidad y ha desarrollado un pensamiento crítico, pueda obtener suficiente información para generar su propia opinión.
Planteemos debates respetuosos, abiertos y creativos. Centrémonos en la veracidad y los datos empíricos.
Dejemos de hablar en corrillos e informarnos de forma sesgada y presentemos propuestas que nos impliquen en la toma de decisiones. Elijamos ser parte de la respuesta y por ello, agentes de la solución.
Sobre la política, el progreso y el sentido de lo común.
Si hemos conseguido desarrollar la tecnología y la inteligencia artificial para reducir nuestra carga de trabajo, por qué no utilizarla para establecer una semana laboral que haga que los ciudadanos puedan ser ciudadanos y se impliquen con la comunidad.
Reconvirtamos la regla de Robert Owen que proponía ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo y ocho horas de descanso. Creemos la regla semanal de tres días de trabajo, dos de recreo y dos de descanso.
Los integrantes de una sociedad educada y justa no se sentirían obligados a participar en la vida comunitaria. Los integrantes de una sociedad más justa entenderían la responsabilidad y el privilegio que supone aportar para el bien común.
En vez de utilizar la tecnología para reducir plantillas o cargar con más peso a los empleados para seguir creciendo de manera no sostenible, hagamos que la política vuelva a ser del pueblo y separemos política de ideología.
Cambiemos la palabra crecimiento por una que inventemos -como los Macondinos- que hable de un desarrollo social a largo plazo. Cambiemos la palabra "Producto" por "Persona". Resignifiquemos la palabra "datos" para entender que todos esos datos, son personas humanas.
Sobre la importancia de lo público:
El bien común pasa por no dejar a nadie atrás. Cooperamos y colaboramos como parte de un todo, una sociedad que da, pero que también pide. El equilibrio y la adaptación continua es necesaria para que lo público se mantenga en el tiempo.
Las instituciones tienen una responsabilidad enorme. Gestionan un presupuesto que pertenece a todos los contribuyentes.
En un mundo que ofrece cada vez más posibilidades, podemos utilizar estas para ofrecer una sanidad, una educación y una cultura que cree espacios de escucha. Qué la tecnología se utilice para reducir la burocracia del médico y no reducir el tiempo con cada paciente. Que los centros universitarios tengan tiempo de repensarse. Que los centros culturales sean de verdad, el lugar de todos y no sólo digan que son el lugar de todos.
Hagamos que las palabras "beneficio" y "margen" creen rechazo en ámbitos públicos. Dejemos de especular con el bien más preciado que tenemos. Eliminemos el corto plazo. De esta manera las generaciones tendrán tiempo suficiente para formarse, cuidarse y desarrollar la creatividad . Los educadores, los médicos y los gestores culturales una vida en la que puedan participar en actividades periódicas. El largo plazo conseguirá que éstos últimos, puedan adaptarse a la realidad de manera continua. Foros de pensamiento, congresos y comunicación entre profesionales del sector llegarán a conclusiones porque no estarán preocupados en conseguir más alumnos por aula, en acortar las visitas a los pacientes o en venderse al mejor postor.
Cambiemos el concepto de gasto público, por el de inversión pública. Démosle el significado real al impacto social y tejamos comunidades a través de las instituciones. Qué estas sean refugio y guía.
Unos últimos pensamientos:
En la cueva de Lascaux, hay centenares de manos. Huellas del germen de lo que somos. Huellas de aquellos que soñaron con un mundo como este. No perfecto, pero definitivamente mejor. Me imagino esas manos como estrellas y creo en el potencial de la humanidad como una que puede llegar a redefinirse. Esas huellas conectan con todas las de las personas que han vivido y vivirán. Conectan con las nuestras. Nosotros decidimos como queremos que sean.
Entiendo que quien me lea me llame ingenua, con todo el significado que connota la ingenuidad a día de hoy. Siento que me uno a cientos, miles, millones de personas que en algún momento pensaron que no estaban de acuerdo con realidades que resultaban opresoras.
Me gusta pensar que dentro de mil años, nuestro tiempo se estudie como uno irresponsable, incívico y desigual. Me gusta pensar, que llegaré a ver el principio de uno más justo, equilibrado y en conexión con nosotros mismos, los otros y nuestro entorno. Con palabras resignificadas y nuevas que hagan que las futuras generaciones consigan vivir en un mundo mejor. Dejemos un legado del que nos sintamos orgullosos. Vivamos de tal manera -citando a Javier Gomá- que nuestra muerte sea una escandalosa injusticia.
Me gusta pensar, que en el futuro, seamos todos Macondinos. Adaptándonos para poder cambiar el destino de soledad de sus habitantes y darle uno nuevo, más real, a la palabra Utopía.
El optimismo en el futuro, no es una elección, es la única posibilidad de supervivencia.
El encuentro acabó, pero las ideas nacieron. Esas treinta personas entendieron que no tenían la solución. Hubo momentos de ilusión y otros de frustración. Hubo momentos de confidencias y risas. Volvieron a sus países, a sus ciudades o pueblos y a sus casas. Quiero pensar que cada uno de ellos, desde su parcela, se ha propuesto convertirse en parte de la respuesta, sea lo que sea, lo que para cada uno signifique esta.