lunes, 9 de junio de 2025

Molicie y los junios perpetuos



Y llegó el día de la molicie

En el que el reloj dejó de funcionar, trajiste un cepillo lleno de intenciones y tu lengua encontró todos mis espacios

En el que nos dedicamos a conversar sin interrupciones y a estudiar nuestros cuerpos como alumnos aventajados.

Encontraste en mí el recipiente perfecto donde volcar tus cuidados

Te dejaste hacer sin pedir nada a cambio

Te dejaste recorrer todos los centímetros habitables de la piel

Fuimos uno durante dos días de principio de verano

En el que la brisa suave y fresca de junio inundó todas las estancias de mi casa y la música sonó, se filtró la algarabía de las gentes como la luz a través de las cortinas, y se mezcló con nuestros suspiros de placer.

Estuvimos suspendidos en el tiempo subjetivo y creamos nuestro propio paraíso.

Te fuiste en el momento exacto en el que la casa empezó a reconocer tu olor y yo me quedé en mi solitud, relamiéndome como un gato.

La piel todavía erizada.

Sensaciones que se van haciendo recuerdos.

Volverás y volverán esos días de molicie. Volverás a por tu cepillo y volveremos a besarnos con los labios húmedos y calientes. 




domingo, 1 de junio de 2025

Macondinos

"Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado"

Miguel de Unamuno





Durante un fin de semana, treinta personas de diferentes países, culturas y ámbitos profesionales -como la tecnología, el derecho, la empresa y el arte- se reunieron en un recóndito lugar del noroeste de España a debatir. El tema no podía ser más ambicioso: la tecnología y el futuro de la humanidad. 

De aquellas sesiones y conversaciones, nació un manifiesto de una de las participantes que procedo a reproducir.

Manifiesto: El optimismo no es una opción.
1 de junio de 2025

Nota: Las ideas expuestas a continuación, son fruto de lecturas, conversaciones, visionados y pensamientos. La cooperación y la interacción, es al fin y al cabo, lo que nos hace humanos.

Contexto y propuesta: 
En un marco geopolítico de incertidumbre, un desarrollo de la tecnología que cada vez cobra más peso en las decisiones políticas y que crece de manera exponencial, desigualdades crecientes en el reparto de la riqueza mundial y un sistema capitalista que parece agotado y que pronto llegará a su fin con la limitación de los recursos de la tierra, hace falta repensar. 

Afortunadamente muchos de nosotros, no tenemos que preocuparnos en buscar una cueva para resguardarnos y hacer fuego. Tenemos el privilegio de pulsar una tecla y obtener calor. Hemos llegado a desarrollar el mayor estado de bienestar de la historia de la humanidad. Así que, en lugar de practicar el aquí y ahora y convertirnos, así en el país de la Cucaña, miremos más allá. Pensemos en los que están por venir.

Vivimos en el futuro. Muchos de los deseos de aquellos que vivieron alienados en épocas de cambios, como la industrialización, se han cumplido. Entender el concepto de ser humano, como parte de una historia que nos trasciende es fundamental.  

Tenemos la oportunidad y el privilegio de convertirnos en lo que queramos ser, porque tenemos las herramientas de desarrollo, tecnología y pensamiento.

En la novela de García Márquez, Cien años de soledad, Los nuevos habitantes de un pueblo nuevo, Macondo, tienen que inventarse palabras para describir nuevos objetos y crean nuevos usos para otras. 

El significado de las palabras es esencial. El lenguaje nos construye y nos transforma. El lenguaje crea mundos y es capaz de destruirlos. Así que ¿Por qué no resignificar las palabras para que estas expresen lo que queremos llegar a ser?

No existe un mundo perfecto porque no somos perfectos y no tengo una solución mágica que nos vaya a salvar. Pero si tengo ciertas certezas y algunas ideas. Estas son:

De la naturaleza humana del ser humano:
Los humanos somos seres complejos y espirituales, queremos trascender y eso es lo que nos hace tener esperanza. Estoy de acuerdo que el proverbio que habla de plantar un árbol sabiendo que la sombra que ofrezca será para las futuras generaciones y no para nosotros, es entender el significado de la vida. Así que quizás, no seremos los que sobrevivamos cuando paremos la máquina, pero otros si lo harán y eso es lo que importa.

Los humanos somos seres sociales. No podemos sobrevivir solos. Hasta Thoreau, cuando se aisló en una cabaña de la civilización para escribir su Walden, recibía visitas de su madre con comida y ropa limpia. El único futuro posible, es a través de la colaboración y no de la competencia. 

El comienzo de la civilización, no se fecha en la primera vez que el hombre descubrió el fuego o plantó el primer grano de trigo. La antropóloga estadounidense Margaret Mead, fecha el comienzo de la civilización con el descubrimiento de un esqueleto que tiene un fémur roto y signos de curación. En ese momento, se demuestra que un humano no dejó atrás a otro sino que paró a curarle, cuidarle y alimentarle, hasta que pudiera valerse por sí mismo. El único futuro posible es el de una sociedad que cuida.

Repensemos el significado de la palabra colaboración y cooperación, como uno que hable de una sociedad justa e igualitaria. Démosle un carácter peyorativo a las palabras organigrama, jerarquía e desigualdad.

Sobre el valor de cambiar valores.
Podemos y debemos, permitirnos cambiar de opinión y de valores. 

Planteémonos el significado de la palabra "Progreso" y preguntarnos si el crecimiento es la solución. Existen diferentes formas de entender la palabra "crecimiento" y no todas tienen que ser desde el crecimiento económico, poblacional o tecnológico.  

Podemos y debemos, reducir el ego. Dejar paso a nuevas generaciones. La esperanza de vida ha aumentado drásticamente y una persona de setenta años, puede seguir aportando con toda la experiencia acumulada. En un mundo mejor, me imagino a personas que al cumplir años, trabajan menos de manera gradual. Me imagino a esas personas, formando a los más jóvenes que están por empezar en el mundo profesional. Me imagino a esas personas, compartiendo generosamente su sabiduría y no agarrándose al poder. El poder corrompe cuando se ostenta demasiado tiempo. La rotación es necesaria para la integridad.

Redefinamos la palabra "Éxito" para que no signifique más, riqueza y  fama, sino que vuelva a ser sinónimo de prestigio y sabiduría. 

Aspiremos a ser responsables con nuestro tiempo y el futuro. Asumamos con humildad nuestro papel en la historia de la humanidad y aprendamos y entendamos la diferencia de significado entre placer y felicidad: El placer es transitorio y por lo tanto efímero. La felicidad debe ser una aspiración a largo plazo y un estado a construir de equilibrio entre los buenos momentos y los malos. 

Oriente: Fluyamos como los ríos.
Nuestro futuro pasará por nuestra relación con la naturaleza. La expresión "Tener los pies en la tierra" no es baladí y en mi opinión, cobra más importancia que nunca. Debemos construir una relación cercana con el medio que habitamos e integrarnos en él. Somos sólo una parte más de un ecosistema rico. No lo empobrezcamos, no lo minemos. Cuidémoslo como se cultiva un jardín.

Pensemos en un concepto del tiempo circular, cambiemos nuestras aspiraciones verticales a otras horizontales, en el que formemos no sólo parte de un planeta, sino de un universo entero.

Conectemos con la muerte. En una sociedad en la que no se olvida a los muertos, se pierde el poder de la trascendencia. Vivimos porque sabemos que vamos a morir. La muerte nos impulsa a vivir. Creamos que somos parte de un todo.

Imitemos a los organismos vivos desde la más pequeña escala a la más grande. Adaptémonos al entorno para no quedarnos obsoletos y démosle la vuelta al concepto de entropía. Que este sea de regeneración y no de caos. Anclémonos a los que vinieron antes y a los que llegarán después.


Sobre la importancia de la educación, la investigación y el pensamiento crítico.
El futuro dependerá de la educación. Todos aquellos que forman a las siguientes generaciones tienen una gran responsabilidad por delante. 

¿Por qué los profesores, médicos e investigadores son los profesionales peor pagados? En un sistema más justo con el largo plazo, estos serían reconocidos y recompensados. Es necesario entender el poder de la educación como base de la civilización. Es necesario entender el poder de la investigación como semilla de un futuro mejor.

Es necesario entender el poder de la investigación para la mejora de las condiciones de vida. Los médicos, investigadores, científicos y pensadores son imprescindibles para un futuro mejor. Ofrezcámosle un valor que no dependa de resultados económicos, sino del bien común.

Sembremos el pensamiento crítico. La práctica de debatir, de  cuestiona a los otros y, sobre todo, a uno mismo. Respetemos a los educadores como lo que son. Sabios que tienen el peso del futuro en sus manos.

Volvamos a darle significado a la palabra Academia y Ágora y formemos a los mejores profesores en las mejores condiciones para tener las mejores generaciones posibles.


Sobre la necesidad de creación y cultura.
La cultura define la identidad de un grupo de seres vivos. Son sus costumbres, su manera de sociabilizar y crean el sentido de comunidad. La cultura es evolución.

Las expresiones artísticas son necesarias en la innovación. El arte, existe para plantear preguntas, no para responderlas. La creatividad es fuente de soluciones. Las distopías y las utopías son necesarias para plantear posibles futuros. la ficción ayuda a reconectar con la realidad desde otro punto de vista y eso puede ayudarnos a solucionar problemas de maneras nunca imaginadas.

Necesitamos personas que ofrezcan su particular visión del mundo. Necesitamos personas que nos conecten con nosotros. "El arte es garantía de cordura" ya lo decía Louise Bourgeois. Pero el arte además, es consuelo y alimento.

Démosle espacio a cada persona para cultivar su cuerpo y su mente. Ofrezcamos herramientas de creación que desarrollen el pensamiento crítico a través de ideas. 

Resignifiquemos el arte y la cultura, como la fuerza capaz de crear un nuevo mundo, en el que quepamos todos.

Uno a uno, formamos parte de un todo.
Aprendamos a poner nuestras propios limites. Redefinamos lo que aceptamos como individuos y lo que aceptamos como sociedad. 

Demos la oportunidad a todas las personas a que lleguen a conocerse en este viaje que es la vida. Démosles herramientas para que puedan construir su mejor versión y aprender a sobrellevar los golpes, que con certeza van a recibir. Démosles herramientas para que puedan identificar el momento exacto en el que empiezan a traspasar la libertad del otro. 

La educación emocional es imprescindible para la armonía. Aprendamos a vivir con nosotros, para poder vivir con los demás. 

Tejamos de nuevo las relaciones entre personas y comunidades. Recuperemos el prefijo Poli- y entendamos su significado real que habla de pluralidad. 

Seamos amables en el sentido de todo su significado. Seamos pues, dignos de amar y ser amados.

Sobre el desarrollo de la tecnología y la ciencia.
Si hemos conseguido llegar a un nivel de desarrollo tecnológico en el que se abren nuevos desafíos sobre el uso de la información, la biología, la ciencia, la economía y la vigilancia en un mundo globalizado, definamos las fronteras. 

Unámonos para pedir que todas las naciones actúen a través de órganos reguladores que establezcan las prioridades en el tiempo. Empezando por la ética en el desarrollo científico, consensuando una política de no competitividad en la que no haya manera de enriquecerse con dinero y sí con nuevos carreteras que nos lleven a otros mundos posibles. 

Recordemos que la ciencia y la tecnología nos proporciona herramientas. Somos nosotros los que elegimos para que utilizarlas. ¿Por qué no hacerlo para crear el mundo que nos gustaría dejar?. 

Utilicemos la ciencia para curar a todos y no unos pocos. Utilicemos la tecnología para tener más tiempo para imaginar otros mundos posibles que legar. 

Cambiemos el concepto de ingenuidad de uno peyorativo a uno del que enorgullecerse. Dejemos de ser prácticos para ser soñadores, dejemos de vivir en el presente para pensar en el futuro. Recuperemos renovado el espíritu del explorador que entusiasmado llegaba a los bordes del mundo, donde había dragones. Que esta forma de vivir, nos de esperanza en vez de miedo. 

Sobre la responsabilidad de los medios.
Creemos un mundo en el que la información no esté ideologizada ni dependa de intereses. Invirtamos en crear medios independientes, críticos, que devuelvan a la palabra "periodismo" su significado original: el de informar de manera objetiva, para que cada ciudadano que ha recibido una educación de calidad y ha desarrollado un pensamiento crítico, pueda obtener suficiente información para generar su propia opinión. 

Planteemos debates respetuosos, abiertos y creativos. Centrémonos en la veracidad y los datos empíricos.

Dejemos de hablar en corrillos e informarnos de forma sesgada y presentemos propuestas que nos impliquen en la toma de decisiones. Elijamos ser parte de la respuesta y por ello, agentes de la solución. 


Sobre la política, el progreso y el sentido de lo común.
Si hemos conseguido desarrollar la tecnología y la inteligencia artificial para reducir nuestra carga de trabajo, por qué no utilizarla para establecer una semana laboral que haga que los ciudadanos puedan ser ciudadanos y se impliquen con la comunidad.

Reconvirtamos la regla de Robert Owen que proponía ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo y ocho horas de descanso. Creemos la regla semanal de tres días de trabajo, dos de recreo y dos de descanso.

Los integrantes de una sociedad educada y justa no se sentirían obligados a participar en la vida comunitaria. Los integrantes de una sociedad más justa entenderían la responsabilidad y el privilegio que supone aportar para el bien común. 

En vez de utilizar la tecnología para reducir plantillas o cargar con más peso a los empleados para seguir creciendo de manera no sostenible, hagamos que la política vuelva a ser del pueblo y separemos política de ideología. 

Cambiemos la palabra crecimiento por una que inventemos -como los Macondinos- que hable de un desarrollo social a largo plazo. Cambiemos la palabra "Producto" por "Persona". Resignifiquemos la palabra "datos" para entender que todos esos datos, son personas humanas. 


Sobre la importancia de lo público:
El bien común pasa por no dejar a nadie atrás. Cooperamos y colaboramos como parte de un todo, una sociedad que da, pero que también pide. El equilibrio y la adaptación continua es necesaria para que lo público se mantenga en el tiempo.

Las instituciones tienen una responsabilidad enorme. Gestionan un presupuesto que pertenece a todos los contribuyentes. 

En un mundo que ofrece cada vez más posibilidades, podemos utilizar estas para ofrecer una sanidad, una educación y una cultura que cree espacios de escucha. Qué la tecnología se utilice para reducir la burocracia del médico y no reducir el tiempo con cada paciente. Que los centros universitarios tengan tiempo de repensarse. Que los centros culturales sean de verdad, el lugar de todos y no sólo digan que son el lugar de todos.

Hagamos que las palabras "beneficio" y "margen" creen rechazo en ámbitos públicos. Dejemos de especular con el bien más preciado que tenemos. Eliminemos el corto plazo. De esta manera las generaciones tendrán tiempo suficiente para formarse, cuidarse y desarrollar la creatividad . Los educadores, los médicos y los gestores culturales una vida en la que puedan participar en actividades periódicas. El largo plazo conseguirá que éstos últimos, puedan adaptarse a la realidad de manera continua. Foros de pensamiento, congresos y comunicación entre profesionales del sector llegarán a conclusiones porque no estarán preocupados en conseguir más alumnos por aula, en acortar las visitas a los pacientes o en venderse al mejor postor.

Cambiemos el concepto de gasto público, por el de inversión pública. Démosle el significado real al impacto social y tejamos comunidades a través de las instituciones. Qué estas sean refugio y guía.

Unos últimos pensamientos:
En la cueva de Lascaux, hay centenares de manos. Huellas del germen de lo que somos. Huellas de aquellos que soñaron con un mundo como este. No perfecto, pero definitivamente mejor. Me imagino esas manos como estrellas y creo en el potencial de la humanidad como una que puede llegar a redefinirse. Esas huellas conectan con todas las de las personas que han vivido y vivirán. Conectan con las nuestras. Nosotros decidimos como queremos que sean.

Entiendo que quien me lea me llame ingenua, con todo el significado que connota la ingenuidad a día de hoy. Siento que me uno a cientos, miles, millones de personas que en algún momento pensaron que no estaban de acuerdo con realidades que resultaban opresoras. 

Me gusta pensar que dentro de mil años, nuestro tiempo se estudie como uno irresponsable, incívico y desigual. Me gusta pensar, que llegaré a ver el principio de uno más justo, equilibrado y en conexión con nosotros mismos, los otros y nuestro entorno. Con palabras resignificadas y nuevas que hagan que las futuras generaciones consigan vivir en un mundo mejor. Dejemos un legado del que nos sintamos orgullosos. Vivamos de tal manera -citando a Javier Gomá- que nuestra muerte sea una escandalosa injusticia.

Me gusta pensar, que en el futuro, seamos todos Macondinos. Adaptándonos para poder cambiar el destino de soledad de sus habitantes y darle uno nuevo, más real, a la palabra Utopía.

El optimismo en el futuro, no es una elección, es la única posibilidad de supervivencia. 


El encuentro acabó, pero las ideas nacieron. Esas treinta personas entendieron que no tenían la solución. Hubo momentos de ilusión y otros de frustración. Hubo momentos de confidencias y risas. Volvieron a sus países, a sus ciudades o pueblos y a sus casas. Quiero pensar que cada uno de ellos, desde su parcela, se ha propuesto convertirse en parte de la respuesta, sea lo que sea, lo que para cada uno signifique esta. 




martes, 27 de mayo de 2025

De la primavera, el tiempo, los ríos y las cerillas.

Los ríos de Oriente son serpenteantes, lentos y por lo tanto fértiles. 

Los ríos de Occidente son abundantes, cambiantes, tórridos y violentos. 

La concepción de la vida, y por lo tanto del tiempo, que es ingrediente esencial para que ésta se dé, es opuesta en ambas culturas. Los orientales conciben el tiempo como un ciclo, como una integración a la naturaleza. Los occidentales, como una línea, con un comienzo y un fin. Son el Ulises de Homero, Jesucristo en la Biblia o el Camino del Héroe, de Campbell. Toda la cultura occidental se resume en ello. Toda la cultura occidental parte de la forma y el caudal de los ríos.


Me imagino que un hombre y una mujer se encuentran. Pero él o ella es circular mientras que ella o él es lineal. Ese hombre es todos los hombres de la tierra. Esa mujer, todas las mujeres de la tierra. ¿Cómo encontrarse entonces?

Hablaba con unas amigas. Me decían que nadie está a la altura de ese hombre que últimamente me alegra los días sorprendiéndome. Me lleva a lugares con una agenda planeada que sólo él conoce. Me da la mano por la calle, le cuesta no besarme y me mira de verdad. 

Pero tiene truco. Él no quiere compromiso, no quiere ir más allá de un romance de primavera y eso es lo que yo he aceptado. Pero si estuviese buscando en él a un compañero de vida, probablemente, esto ya se habría acabado. 

Porque cuando uno hace un sprint, le pone toda la energía en un periodo de tiempo corto. Por eso brilla, de ahí la intensidad. Pero para un maratón, se necesita resistencia, paciencia, determinación. Si algo aprendí de la película, El Placer (1952) de Max Ophüls, es que la felicidad no es alegre. 

Alegre es la primavera y sus tardes que se alargan, con el sol que se filtra a través de los árboles y la brisa fresca que se levanta y estremece.

Cuando viví en un verano eterno, entendí que para apreciarlo, necesitaba el invierno. El mal y el bien, la luz y la oscuridad, el ying y el yang.


Y de ahí a la construcción de utopías. Ursula K.Le Guin, escribió un artículo en 2015: Utopiying, Utopiyang. En él habla de los conceptos del Ying y el Yang y los compara con sistemas sociales. Las Utopías se suelen convertir en distopías, como en el libro de Juan Gómez Bárcena, Ni siquiera los muertos (2020). La predicción de Le Guin, pasa por aceptar la no-permanencia y la imperfección. Tener paciencia hacia la incertidumbre y el cambio.

Octavia E. Butler, ejemplo de ascensor social producto de la educación gratuita, publicó en Essence Magazine un ensayo en el año 2000, titulado "A Few Rules For Predicting the future" En él, cuando es cuestionada sobre como resolver los problemas del mundo, contesta siempre lo mismo. Que no hay una sola respuesta, hay miles de respuestas y tú puedes ser una de ellas si eliges serlo.


El país de Jauja. 1567. Pieter Brueghel el viejo

Ahora no siento que yo esté siendo una de las respuestas para crear un mundo mejor. Me he quedado sin propósito y me pregunto si lo encontraré en este tiempo que voy a tomar para ralentizar la vida. De nuevo, la importancia de lo público, que me va a permitir parar. Nunca me cansaré de repetir, que necesitamos lo público para contener lo privado. 

Así que seguiré con mi romance de primavera, porque me llena de inquietudes nuevas y de nuevas preguntas. Me hace cuestionarme el mundo en el que vivo y me enciende una llama que quiero encender. Por lo menos, dos o tres cerillas a la vez. Abrazo la incertidumbre y sé que no tengo ni tendré jamás todas las respuestas. Prefiero ser un río oriental. Serpenteante, lento y por lo tanto, fértil.

Fértil para recibir vida, mientras me quede una.




miércoles, 14 de mayo de 2025

Cadáveres exquisitos de pensamientos al aire.


Elegir España como principio del fin del mundo

Existe una teoría pseudocientífica que, desde los años 80 del pasado siglo XX anda circulando. Primero de boca en boca y más tarde en foros de internet y quizás, en esa oscura web a la que nunca he entrado. Esta teoría dice que el día que el ser humano consiga viajar en el tiempo habrá un apagón mundial. Este evento, marcará el principio del fin de la civilización humana. Me entero de esto después de sufrir un apagón a nivel nacional y pienso: ¿Por qué viajaría a través del tiempo el primer ser humano para aparecer en un país como España?

Una buena conversación, distrae cualquier alma a la deriva

En España ayer, concretamente en Madrid, la vida me regaló una cita con un hombre increíble. Me fue dando sorpresas durante las cinco horas y media que pasamos juntos. Me contó la historia de la creación del código MORSE. Samuel Morse, pintor del siglo XIX pierde a su esposa mientras él está lejos. Al volver, ella ya ha sido enterrada. El tormento de no haber tenido noticia para poder acudir a estar con ella en sus últimos momentos, hace que tome una decisión que cambiará la vida de millones de personas. Inventará un sistema de comunicación que hará que una tragedia así, aunque inevitable, ofrezca la posibilidad de un adiós.


Civilizaciones extintas y la reina Bandica que retrocede en el tiempo

Qué posibilidad mas bonita, la de civilizaciones extintas en lejanos planetas que seguimos viendo al anochecer. Como esas estrellas muertas que aún podemos ver y que brillan cuando allí, a millones de kilómetros de años luz, ya no hay luz posible. 

Esos seres siguen viviendo en algún lugar del tiempo, como en el relato de Juan Gómez Bárcena, "Fábula del tiempo". En él, la reina Bandica, a la muerte de su esposo, emprende un viaje hacia el este en el que la noticia de la muerte del rey, todavía no ha llegado a las diferentes poblaciones que visita. Retrocede a través de las noticias en el tiempo, de tal manera que al llegar a un remota isla en la que el rey es todavía un niño, decide quedarse hasta que crezca y poder reencontrarse con él.


La caja de Pandora

Hablo mucho con él. Quizás más de lo que debería. Es como una caja de pandora que todo lo contiene. Quizás, como el arte en el s. XXI, no consigamos cambiar nada. Pero al menos nos proporciona consuelo. Me hace gracia pensar, que mi inconsciente haya decidido que Chat GPT es un hombre. 



Epifanía.

El arte es la única salvación posible. El hombre es el único animal conocido que tiene la capacidad de crear. Por lo tanto, tenemos no sólo un poder, sino la obligación de crear otras vidas e imaginar otros mundos posibles, como Éluard.

Es en la literatura, donde se encuentra la perfección. Donde sí existe la posibilidad de realizar un ensayo general y pulir las pequeñas imperfecciones de la vida. Es allí, donde la vida es como tú quieras que sea. 

Entonces la vida debe ser, sólo un intento fallido de imitar la literatura. La literatura imperfecta, como las capillas imperfectas de Batalha.

Global lovers.

En Batalha estuve una sola vez. En el verano de 2017. Fui con aquel francés que conocí en Île Saint Louis (Antes fue Cozumel y Bilbao, después Milán y por último Venecia) Me dijo que era escritor y periodista cultural. Le pregunté emocionada si había entrevistado a Houellebecq. Me dijo que no, pero me quiso consolar (o impresionar) contándome una anécdota. Tenía por costumbre registrar en un cuaderno todos los detalles de la vestimenta, el clima y la situación, cada vez que se encontraba con alguien a quien admiraba. Uno de esos días, habló en el parque con Patrick Modiano y éste le dejó su dirección para que pudiese visitarle. Modiano vestía una americana de lino y unos pantalones azul marino, era principios de verano. Muy Modiano todo. O muy la vida.

La vida en un día.

En un día pueden pasar cosas tan dispares como:

  • La muerte de un hombre de 42 años
  • El último capitulo, de la ultima temporada, de la ultima serie de moda.
  • Ir al parque, comerse un helado rodeado de tulipanes regalados por la princesa de Holanda y por fin, empezar a vislumbrar el comienzo del verano por llegar y el fin de las lluvias de marzo.



sábado, 22 de febrero de 2025

El núcleo de la belleza


 "Nadie es más esclavo que quien falsamente cree ser libre"

Goethe




La película el Brutalista, comienza con un plano invertido de la estatua de la libertad, como una metáfora de la vida que Lázló Toth llevará en América. Lázló quiere trascender todos los tiempos a través de su obra, quizás para convertir el campo de Wuchenwald en un recuerdo diluido e insignificante de la historia de la civilización. Parece querer constatar, que la humanidad es más que sus errores. Es lo único que puede salvar a un superviviente del holocausto: esa pulsión por vivir. 

En el estado americano de Pensilvania, anunciado como dechado de virtudes de los tiempos modernos a mediados del s.XX, Lázló edificará el Instituto Van. A través de unos corredores secretos, entre unas celdas estrechas de las mismas dimensiones que las de Dachau y Wuchenwald, Lázló y su mujer, conectan sus experiencias para no separarse jamás

Toda la estructura del Instituto Van tiene sentido por ese núcleo en el que se proyecta una cruz. Ese núcleo que le sostiene: su mujer y su sobrina, la única familia que le queda. Construir un núcleo inamovible de belleza rodeado de hormigón, así como, la belleza de la comunidad estaba rodeada del horror del holocausto. 

Las estancias-celdas, son estrechas pero altas. Sus paredes tienen veinte metros hasta la luz que pasa a través de las vidrieras del techo.  La luz como símbolo de libertad de pensamiento y de identidad. 



Pero todo el conjunto arquitectónico, es una ilusión. La estructura, está coronada por una cruz que proyecta su reverso, que no tiene materia. Es una proyección, como lo es el miedo y el rechazo de los americanos a lo que un día fueron. Como lo es la antítesis de Erebét, ese hombre hecho a si mismo que es Harrison Lee Van Buren. 

Esa luz que proyecta la cruz no tiene materia, como la identidad difusa que le deja a Lázló tener que volver a reinventarse en un nuevo país que no le quiere y al mismo tiempo, le desea. 

No tiene materia, como la forma de los sueños cada vez que se inyecta morfina, primero para el dolor, más tarde para el olvido. 

No tiene materia, como la vergüenza de Lázló al ser violado por el sueño americano.

Cuando por fin se ven, después de su separación forzosa, Erebét le dice que ella ha estado con él todo ese tiempo. Ha estado con él a través de todas las mujeres con las que se ha acostado Lázló. Están pues, conectados. Trascienden al tiempo, el espacio y la materia.




El director de El Brutalista Brady Corbet, tiene treinta y seis años. Desde que empezó como niño actor a los once, ha trabajado con directores como Haneke (Funny Games 2008) o Lars Von trier, (Melancholia 2011). Quizás ha aprendido Corbet de ellos lo que es no ser querido y deseado al mismo tiempo. Quizás, de ellos ha aprendido que la libertad tiene un precio y quizás está de acuerdo con Goethe en que Quienes más libres se creen, son quienes más lejos están de la libertad.


 



jueves, 13 de febrero de 2025

Más al norte ya no queda nada.

El personaje de la serie de 2018, The Terror, John Bridgens. Primero asistente del comisario de a bordo, luego bibliotecario de barco y finalmente, médico en tierra yerma, le dirá tres frases a James Fitzjames, antiguo capitán del HMS Erebus y en ese momento, solo un saco de huesos. Es 1848 y Fitzjames, está envenenado por el plomo que contienen las latas, de las que la tripulación de la expedición perdida de Franklin, 129 almas, se ha estado alimentando desde el comienzo de su travesía. A los cuerpos de todos esos hombres, que partieron para la gloria y con la meta de encontrar el Paso del Noroeste en 1845, se les abren las cicatrices antiguas y supuran, llenas de pus. Fitzjames está a punto de morir. Es consciente de ello, por lo que hace dos peticiones: La primera es que le ahorren el sufrimiento y la segunda que utilicen su cuerpo para alimentarse. Es entonces, cuando Bridgens, sabiendo lo que va a ocurrir a continuación, se despide de él diciendo: It´s been an honor serving you, sir. You are a good man. There will be poems. 

Las nubes parecen colinas blancas desde el avión. Comienza a atardecer. Colores rojizos se difuminan sobre el horizonte. Siempre pensé que así debía ser el círculo polar ártico: Una vasta extensión blanca y vacía.

Aquella a la que un hombre hecho de trozos de otros hombres se exilió para separarse de toda traza de vida humana. Esa criatura, demonio, engendro, descrito por una joven Mary Shelley a orillas del lago Leman, en una competición de historias terroríficas, durante un verano oscuro.

Ahora que vuelo sobre estas islas blancas, cada vez más lejos del Círculo Polar Ártico, recuerdo como llegué. Cargada con el imaginario creado a partir de libros y películas. Las expediciones de barcos del siglo XIX, cuando el hombre todavía lo podía todo. Cuando más allá del hielo, sólo había dragones.


Será que soy hija de mi tiempo y vuelvo con esa idea de proteger de todos esa inmensidad de tierras, incluso de mí. Yo soy parte de ese "todos"

La naturaleza en el norte, (tan al norte, en Noruega, que está a la altura de Groenlandia, el territorio de Alaska y muy por encima de Islandia), es una navaja que abre el canal de todo lo que uno pueda tener de espiritual y al mismo tiempo, es de una crueldad sin remordimientos.

El hielo es eterno, no olvida, como no olvidan sus animales: el reno, el oso polar, el lobo, el frailecillo atlántico. Se funden en un todo con la tierra y con aquellos que vinieron a habitarla hace más de 10.000 años.

Los sami con sus más de 30 dialectos y que viven en Sápmi, que no entiende de fronteras, porque ese territorio entiende de otras: De Rusia a Finlandia y de Suecia a Noruega. Ellos son, sus más antiguos habitantes.



Son pastores de renos, seminómadas en busca de pastos verdes en la costa durante los veranos y de los inviernos tierra adentro. Otros pescan, otros cazan. La vida allí, sólo entiende de supervivencia. Es tal la violencia de ésta, que surgieron trolls terribles, que intercambiaban a los niños que no estaban preparados para la vida en esas condiciones. Entiendo que esa debe de ser la única manera de acabar con un hijo: Pensar que no es de uno.

Los sami entienden que el mundo que nosotros llamamos civilizado tiene sus ventajas: es más fácil pulsar un interruptor que encender un fuego en un goahti. La desventaja ha tenido precios altos, la forzosa reconversión a la religión protestante de los noruegos, la prohibición de su identidad, sus lenguas, sus tradiciones.

Los sami hablan despacio y se mueven despacio. Ahora erguidos, ahora orgullosos con sus chaquetas coloridas llenas de bordados que forman patrones, sus gorros de piel de foca e interior de lana y sus botas que terminan en punta hacia arriba. No sin esfuerzo lucharon por todos esos derechos a finales del siglo pasado. Esos derechos que nunca debieron perder.

Me imagino a aquellos primeros samis de hace miles de años, asustados de aquellas luces verdes, moradas, a veces rosas. Que bailan en el cielo nocturno y despejado. Eran esas luces cambiantes los puentes hacia sus ancestros. No sabían si estar demasiado tiempo mirándolas, provocaría que también se los llevaran a ellos. Se escondían entonces, con miedo disfrazado de respeto.

¿Y aquellos inmigrantes recién llegados a Laponia desde Asia Central, hace más de 5.000 años? Deslumbrados con las mismas luces y explicándose unos a otros, como claramente esas luces solo podían ser el reflejo de las espadas de las valkirias que acompañan a los guerreros en su camino al Valhala.

Esos bárbaros vikingos que terminarían por convertirse a la religión del dios único, dejando atrás Thor, Heidam o Loki. Al haber olvidado ellos mismos sus orígenes, supongo que no entendieron lo que suponía para los samis el perder los suyos. Veo a un chaman, orgulloso, arrodillarse ante una cruz, perdiendo su poder de golpe y con ello, su dignidad.

Hay una conexión de estas gentes a la naturaleza en la que no parece haber pasado, ni futuro, sino solo dos mundos: el real y el mágico. Cantan los Jokjs para establecer comunicación con aquellos que se han ido, pero no desaparecido. Sólo han cambiado de plano de realidad. Viven ahora en el mundo mágico.

Y es esa la naturaleza del mar salpicado de islas que es el noroeste de Noruega y la puerta del Ártico. Pareciese que el tiempo se haya detenido, como se congeló en los cuerpos de los que no supieron o pudieron sobrevivir y que seguirán todavía como dormidos, incorruptos en un presente eterno.

Todo es silencio, silencio blanco. A través de sus suaves colinas, sus casas de madera o chapa, sus montañas nevadas y esos cielos que dejan que veamos ese fenómeno único. Esas luces de colores, que te hacen preguntarte el por qué de esto, de nosotros. Cuesta creer que no haya un Dios que las haya orquestado. No puede ser solo fruto de la casualidad y aleatoriedad de unas ondas electromagnéticas convirtiéndose en fotones.

Ahora ya me quedan lejanas. Se van difuminando las imágenes como se perdía el monstruo del doctor Frankenstein en la inmensidad helada. Ahora solo veo nubes dibujadas desde el avión, que vuela sobre una vasta extensión blanca, ya no de tierras polares, sino de nubes.  El atardecer ya avanzado y extendiéndose a lo largo del horizonte, el color rosáceo del Cinturón de Venus. There will be poems, pienso.


sábado, 1 de febrero de 2025

Cápsula de tiempos


A enero de 2025, sigo en una cápsula del tiempo. Encontré algunos textos de hace unos años. No he querido tocarlos mucho, por dejarlos así: textos espontáneos, pensamientos escritos a la nada y como reflexiones sin ninguna intención. 



29 de junio 2018

Me levanto en una terraza infinita y puedo oler el café haciéndose en una cafetera italiana. 

Oigo las campanas resonar con las primeras luces. Me rodeo de belleza. La estética de los buenos abrazos, los silencios en los que te reflejas en los ojos del que te mira con expectativa. 

Estas, son etapas para vivir. Para vivir y no pensar que pasará mañana. Porque tengo la suficiente edad y experiencia para saber que este tiempo pasará y que vendrá otro que pueda darle la vuelta a esta felicidad.

Hablo de estar donde quieres estar.

Hablo de sentir la suficiente libertad para sentir que el momento es ahora

Hablo de leer poesía en alto porque así me sale. 

De aprender de lo que me rodea y empaparme de amistad, de amor, de noche y de vida. 

¿Y tú, bebes la ola o el mar? le pregunta Conchis a Nicholas en El Mago de John Fowles.

Yo el mar. El mar siempre. 


20 de junio de 2018

Colecciono recuerdos alfa.

Aquellos que llegaron a mi cama,

dejaron siempre algo tras de sí:

Una nota, una cejilla de guitarra,

una púa o ropa interior.


He pensado en crear un mausoleo

de amantes muertos.

Para visitarlo de tanto en tanto,

y corroborar que la carne,

fue carne y gozó,

de la intensidad

y la belleza


13 de julio 2018

Escucho el concierto de Sibelius. Concerto en D minor, mientras paseo desnuda por mi salón.

Huyendo del dolor y el calor. Leyendo el libro de Romain Gary "La vida ante sí"

Paseo por mi alfombra de esparto, que es aplastada sin piedad por una mesa de metacrilato con un cristal ahumado espantoso.

Huyo del calor y del dolor, del dolor físico que me atrapa y no me deja vivir. 

Aunque prefiero el dolor físico que el del corazón, sin lugar a dudas.

Porque el sol siempre vuelve a salir

(Y Zana es el sol..)

Y me acuerdo de aquellas olas de teatro del s. XIX que me ayudó a crear. 

Y el sol que me dibujó y que colgaba del techo del teatro

Y aquella caminata por La Coruña de dos a seis de la mañana

(una cana se posa en la mesa)

Deseo que aquel chico de diecinueve años siga a mi lado siempre.

Y hundirme en la cama de su torre viendo a las personas pequeñas, rodeada de cuadros

Y bailar la canción que será nuestra Omaha

La vida es hoy