domingo, 7 de noviembre de 2010

No matter what.

Tumbada en un sofá color salmón.
Y vuelvo a una fingida normalidad.

Me levanto temprano los lunes
En Madrid, el otoño ya se ha dejado notar,
Y empieza a hacer frío.
A veces, llueve y los cristales de mi coche se empañan
Y me meto temblando dentro hasta que el motor encendido deja pasar corrientes de calor.
Fumo un cigarrillo sacando la mano por la ventanilla mientras tarareo una canción.




En general, puedo decir, que soy feliz.
Vivo en un momento de felicidad moderada.
No hay grandes pasiones, ni dramas excesivos.
Ya no hay grandes luchas internas
Porque la decisión ya está tomada.



Porque hay algo que me dice que tengo que volver a irme.
Que la vida es corta!
Que si me voy, no volverá la misma persona, sino una mejor, con más experiencia, más abierta y con más ilusión por disfrutar de las pequeñas cosas que están aqui.
Si me quedo, me arrepentiré.
Si me quedo, siempre pensaré en ese maldito "Y si ...?"

Fuera soy más libre.
Fuera, soy más yo.

No paro de aprender
No dejo de preguntar
La vida me absorve, me envuelve y me hace girar, me coloca de lado y del revés.
A veces, me hago daño y a veces, siento que voy a explotar de felicidad

Y el no irme, sería no agarrar la oportunidad que la vida me ofrece.
Y los trenes, queridos, sólo paran una vez.


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