sábado, 13 de septiembre de 2025

Septiembre.. diciembre.

Ando haciendo arqueología de mi juventud.

En mis diarios, escritos todos en papel antes de 2007 y a partir de ahí, aquí. En esta bitácora que es este lugar que flota en el tiempo y en el espacio y que nadie lee. A veces pienso que esta es mi propia manera de lanzar un mensaje al mar en una botella. 



Algo que me ha sorprendido de mis diarios ha sido leer sobre escribir. Y aquí la memoria juega un papel decisivo y es el de haberme hecho olvidar que yo siempre quise hacerlo.

Tenía la idea formada de que en mi juventud siempre quise ser pintora y cuando voy sobre lo escrito, lo que me encuentro es algo totalmente diferente: Dibujo. Dibujo mucho, pero dibujo para ilustrar mis palabras, creando florituras que favorecen el mensaje escrito. 




Estoy empapándome del Madrid de 2004 y 2025 mientras vuelvo a a rutina. El Madrid de los atentados de Atocha, el futuro brillante de un país en crecimiento, el incendio del Windsor, los intelectuales siendo todavía misteriosos, sin redes sociales. 

Ese es el Madrid del que yo quiero hablar. De aquel que recorría con aquellas babuchas que no me quité en meses. El del Paseo del Prado y su pequeño estanque rectangular, con aquel árbol deformado que ya no está y donde dije una vez que me casaría. 




Después de Italia comienzo el curso. Para mi el año siempre comienza en septiembre. 

Y sueño con viajar a Socotra y con alargar algo este otoño cálido. 

Y seguir impasible en mis labores mundanas y continuar construyendo este mundo; Los santos de la belleza; que estoy segura que me va a traer momentos únicos. 

Porque cuando más disfruto no es cuando soy reconocida, sino cuando me meto en la vorágine de las teclas y una detrás de otra van formando la historia que quiero contar. 


Ahora en septiembre, empieza la rutina y los paseos y las tardes de chaqueta y las hojas que caen. Como el ánimo, que se vuelve más contenido y se echa a dormir hasta que la primavera le despierte. 

Pero yo tengo un secreto. Me he convertido en una chica de veintiún años en un Madrid que todavía no entiende y del que quiere escapar. Estoy viviendo otras vidas y me alegra, tener tantas. 

Así que septiembre, dará paso a diciembre sin que hayamos pestañeado y yo seguiré viviendo allí, en 2004, consiguiendo arrebatarle tiempo al tiempo.