
Recien llegada a Madrid despúes del periplo suizo me reciben mis amigos de siempre y marcho a Extremadura donde nado en pantanos, me despido de Wanda y paseo por la noche en busca de bichos.
Un zorro!
Fumo cigarrillos en la terraza mientras la enorme luna, llena de luz el agua que marca el horizonte.
Coche y sureste español, donde ponemos el barco rumbo Formentera.
Doce horas después de terribles olas atracamos en la isla y cenamos a las 12 de la noche un pulpo a la gallega.
Despúes. Molino de la Sal y navegando a nudos considerables, Ibiza.
Suena My baby just cares for me, el sol me está cegando, coloco la mano en la frente para ver un cielo azul intenso y la costa a lo lejos.
En Cabrera descubro lo interesante que es leer en muelles abandonados y conozco escondidos cementerios donde el paso queda terminantemente prohibido.
Llegamos a Mallorca y asisto a un concierto de música clásica donde los intérpretes van surcando un lago subterraneo en barca dentro de las cuevas del Drach.
Y por fin Madrid! Mi Madrid.
callejeo por las calles, de Rosales a Santa Engracia, Intento encontrar los ultimos avances en las gigantescas cuatro torres que han cambiado definitivamente el skyline de Madrid.
Hacemos fiestas. recorremos los bares y reimos a carcajadas.
Terrrazas en azoteas y bares con live music. Neones y paseos y canciones que suenan aleatoreamente en el i-pod.
Ahora?
Exposiciones. Modigliani, Juan Muñoz, Leibovitz y Caixa Forum. Vueltas en moto al atardecer. vaso de gazpacho en la piscina y conversaciones interesantes.

Ahora leo hasta bien entrada la madrugada con frappés caseros al estilo chipriota e intento no pensar mucho en que en menos de un mes estaré de vuelta y las vacaciones se habrán acabado.
Tengo mil películas pendientes y algún libro al que tengo ganas hace ya tiempo.
Pero siento que tengo tiempo y que estoy aprovechando las vacaciones como si fueran las últimas.