Asistimos al espectáculo del fin de mundo
como lo conocemos
Y estamos sentados en la tribuna, en el
palco central.
Aquel desde el que se saluda al Diablo
rebautizado como capitalismo
Que se ríe de nosotros y nos engaña como a
niños.
En una época en la que todo está por
cambiar.
Se notan los estragos de una sociedad en
decadencia
Que busca el placer a través de los canales
equivocados
Que por supuesto, no llevan al mar.
Pero no todo es oscuridad en el reino de
las tinieblas.
Se dice que después de la tormenta siempre
llega la calma
Y los dichos no suelen ser más que
lecciones de sabiduría popular
De la experiencia que se consigue de la
historia colectiva
Como la concubina de Zeus, vivimos una
epoca de incertidumbre
En la que nos hemos quedado huérfanos de
ideales
Y la información vuela tán rápido que se
pierde en el camino
Y no hace sino confundirnos más de lo que
estamos.
Somos pues, moscas que se ahogan en un vaso
de agua
Y al mismo tiempo, ¡Somos tán bellos!
Que nuestro imaginario nos hace inmortales
Y la contradicción lo que nos hace humanos.
“But
man, proud man
Dressed
in a little brief authority
Most
ignorant of what he is most assured
(his
glassy essence), like an angry ape
plays
such phantastic tricks before high heaven
as
makes the angels weep who, with our spleens,
would
all themselves laugh mortal .”
“Pero
el hombre, el hombre orgulloso,
Vestido
de un poquito de autoridad,
Ignora
lo que tiene más seguro
(su
alma de espejo), y como un mono enfurecido,
hace
unas muecas tán locas ante el alto cielo,
que
los ángeles lloran, cuando nuestras penas,
les
harían morirse de risa.”
William Shakespeare.